Por Angélica Valle

Para Eva el escuchar a su esposo decirle «lechoncito» o «¿con quién hablas? ¿por qué tardaste tanto? «Quítate esos aretes, solo te falta el molcajete», representaban frases de que él estaba atento a ella y buscaba lo mejor. Lejos estaba de imaginar que, aunque el tono era sin ironía, pronto cambiaría y se volverían frases hirientes.

En poco tiempo, las palabras subieron de tono y el contacto físico con intención de dañar se hizo presente. Sin embargo, Eva, sin lograr entender, asumía que seguía siendo amor.

Del golpe «caricia» la relación de pareja paso a insultos, palabras altisonantes, golpes más severos e incluso la privación de la libertad sin razón aparente. Todo subió de tono, Eva era violentada, pero tenía adherida a sus ojos una venda que, combinada con su codependencia económica a su esposo, no le permitían convencerse de que era víctima de la violencia.

Hoy, Eva no puede dar su testimonio, el último golpe que recibió fue contundente. Hoy, en realidad, descansa tranquila.

Este pequeño relato, aunque ficticio, se presenta todos los días en múltiples y diversos lugares del mundo, hechos que quizá por ignorancia, vergüenza o miedo, la mayoría de las mujeres guarda y evita hacerlos públicos.

Esta 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer, un día más en que las estadísticas muestran alarma, y que demanda la acción universal de la humanidad. La violencia contra la mujer es un asuntos de todos.

¿Cómo puede detectar una mujer signos de violencia?

Existen múltiples factores que impiden a la mujer determinar que es víctima de violencia, para ello el Instituto Estatal de la Mujer cuenta con un sistema de medición a semejanza de una termómetro que muestra las acciones consideradas como tal y que van subiendo de «temperatura» hasta culminar en la muerte, es el Violentómetro. 

Martha Cecilia Reyes Cruz, titular del instituto, explica que al conocer las características propias de la violencia, la mujer se hace consciente de que es víctima y acepta la necesidad de tomar acción para evitarlo.

En principio la violencia es psicológica y no hay signos visibles de esta, comenta, sin embargo, a medida que existen más controles hacia la mujer, como la forma de vestir, a quién visita, con quién habla, es el momento en que se debe tomar acción y buscar ayuda.

Algo que debemos tener presente son las formas de control, una forma de control son los celos, lamentablemente es fácil confundir los celos con una situación de control, se piensa que es amor. Me cela porque me quiere. Lamentablemente esa situación de celar, de culpabilizar, van generando en la mujer una autoestima muy baja».

En busca de ayuda

Reyes Cruz expresa que, en principio, las mujeres pueden buscar el apoyo en el Instituto de la Mujer, en donde puede recibir asesoría psicológica y jurídica gratuita, y aunque los primeros signos de violencia no se denuncien ante la Fiscalía de Justicia, se abre un expediente que registra los antecedentes de violencia que apoyarán el proceso judicial, en un momento dado.

“Pero lo más importante es darnos cuenta que estamos viviendo esa situación y que esa situación es violencia, la violencia está naturalizada en nuestra cultura, la subordinación femenina y la dominación masculina ha permeado a todos los ámbitos de la vida, al trabajo, a la escuela a las comunidades, a las calles a las familias y necesitamos cambiar ese modelo patriarcal, y necesitamos reconocer que las mujeres tenemos derechos, y que tenemos derecho, específicamente a vivir libres de violencia”.

Reyes Cruz recomendó que toda mujer violentada busque la integración de una red de apoyo, ya sea con una vecina, una amiga o un familiar, alguien con quien pueda comunicar su sentir

“Un escenario para el caldo de cultivo para la violencia es que la mujer esté sola, que tenga codependencia económica total de su pareja, de su agresor, que tenga una limitación de comunicación para acceder a las redes sociales, a la televisión, a los datos de contacto, para poder comunicarse, estos elementos son definitivamente parte de esta estrategia de agresor, que termina en una mujer asustada, temerosa, lastimada con una posibilidad mínima de solicitar apoyo, de pedir ayuda”.  

Estadísticas y realidad

El lograr que las mujeres conozcan como identificar esos focos de violencia desde un principio, es una necesidad que se refleja en las estadísticas, ya que de cada 100 mujeres que son violentadas solo 7 denuncian.

El 93 por ciento de las mujeres que no denuncian es considerada como una cifra negra que debe desaparecer.

«Esto nos permite imaginar la magnitud del problema que estamos enfrentando».

El que las mujeres puedan identificar esos signos de violencia y evitar que escale el violentómetro se vuelve una necesidad ante una estadística que cada día crece, sobre todo porque la mujer a pesar de identificar que es violentada, no denuncia.

 

Estadísticas del INEGI señalan que en Nuevo León 2 de cada 3 mujeres han sufrido violencia, información que limita la realidad porque se refiere a mujeres de 15 años y más.

«Lamentablemente, cada mes podemos ver las cifras del secretariado ejecutivo nacional de Seguridad Pública, donde NL se ubica entre los primeros lugares, en reportes del 911, en los casos de violencia familiar, en los casos que tienen que ver con violación y abuso sexual y en los casos de feminicidio».

Se considera feminicidio cuando se presentan al menos uno de los siguientes criterios, cuando la víctima presenta algún síntoma de violencia sexual; cuando le infringieron una situación degradante como alguna mutilación, lesión previa o posterior a la privación de la vida;  cuando existen antecedentes de amenazas previas entre el agresor y la víctima, y cuando haya existido una relación afectiva o de confianza.

También se consideran agravantes de feminicidio cuando la víctima es incomunicada previo a ser privada de la vida y cuando el cuerpo de la víctima es expuesto, es decir abandonado en la vía pública.

Feminicidio / homicidio culposo

“En NL tenemos la estadística que todos los asesinatos de mujeres, las muertes violentas de mujeres, de origen, se investigan como feminicidio. Durante el proceso de investigación puede ser que ese feminicidio se cambie como homicidio culposo si no reúne uno de los criterios que hemos mencionado”.

Reyes explicó que, al tener esa consideración, Nuevo León permanecerá en los primeros lugares a nivel nacional porque en el resto del país el asesinato de una mujer se considera de origen un homicidio culposo.

El informe de seguridad pública nacional del mes de septiembre registra 50 feminicidios en Nuevo León y 23 homicidios dolosos, comenta Reyes Cruz y enfatiza: «esta cifra habla de que 50 mujeres fueron asesinadas en las condiciones más terribles”.

Expresó que al considerarse los dos tipos de delitos, Nuevo León estará en los primeros lugares, ya que el resto de las entidades no registra de esa forma las muertes violentas de las mujeres.

“NL va a figurar en los primeros lugares en violencia, porque, además, uno de los objetivos del trabajo en el tema de violencia contra las mujeres tiene que ser el derribar esa cifra negra, el disminuir, es decir que tengamos el reporte de todas las mujeres que sufren violencia para que puedan ser atendidas a la mayor brevedad».

Centros de apoyo

En cada municipio de Nuevo León existe una dependencia especializada para apoyar a la mujer, tanto para su empoderamiento económico y emocional comentó Reyes Cruz.

«La codependencia dificulta mucho el proceso, es el proceso de reconciliarse consigo misma, que empiece a configurarse como una mujer fuerte, que puede soldar esa relación de codependencia, y paralelamente trabajar en el empoderamiento económico para que ella también tenga los recursos».

En cada centro se realizan actividades, aunque hoy por la pandemia, se hacen de manera virtual, pero siguen presentes.

A la par, mencionó, es conveniente la reeducación de los varones para que acepten que violentan su relación con su pareja.

«Mientras los hombres no se comprometan, no participen y no se involucren, esta es una tarea que se va a hacer más larga, nos va a llevar más tiempo para que haya relaciones más sanas respetuosas, equitativas hacia el interior de los hogares».

La violencia que se ejerce hacia la mujer puede ser psicológica, física, sexual, patrimonial, económica y recientemente se ha incorporado a nuestro marco legal la violencia política.

Por ello es importante que se sepan identificar, hacerlo consciente y buscar apoyo para salir de ese círculo de violencia.

«Para eso tienen que conocer sus derechos humanos tienen que saberse como mujeres personas sujetas de todos los derechos, como identificar con claridad los tipos de violencia y tienen que saber a dónde recurrir para iniciar el proceso. No es tan rápido, lleva un tiempo, no es tan fácil salir rápidamente de ese círculo, pero necesitamos que inicien»:

 

https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/11/compilation-take-action-to-help-end-violence-against-women