Por: Jorge Maldonado Díaz

Con el objetivo de contrarrestar el analfabetismo y erradicar la deserción escolar, el pleno del Congreso Local aprobó por unanimidad a la Ley Estatal de Juventud.

Con esto el Gobierno del Estado esta obligado a crear programas que garanticen el acceso, el reingreso y la permanencia en el sistema educativo en el Estado.

Para ello se aprobaron, con base en una propuesta de la Diputada local del PRI, Perla Villarreal, reformas a la fracción 3 del artículo 31, y a las fracciones 19 y 20 del 37, y la adición de un capítulo a la mencionada ley.

Tabita Ortiz, de Movimiento Ciudadano, dijo que los gobiernos deberán canalizar la situación de cada joven, para que se otorguen los apoyos a los requerimientos específicos de aquellos que desertaron del sistema educativo y que se encuentren en desventaja social.

Necesitamos acciones tendientes a contrarrestar desventaja social, como pobreza, indigencia, marginación, situación de calle, analfabetismo, discapacidad, exclusión social y étnica de los jóvenes que desertaron del sistema educativo”.

“Para las familias de los jóvenes que por cuestión económica hayan desertado de sus estudios, y que se encuentren en aquellas localidades aisladas y zonas urbanas, identificadas con alta vulnerabilidad, el Estado llevará a cabo las acciones de atención y asistencia personalizada, en relación a asistencia jurídica, económica, social, médica, psicológica, educativa, laboral y cualquier otro aspecto que mejore su calidad de vida y puedan permanecer activos en el sistema educativo”, señaló.

También, añadió, se contempla que se realicen actividades que permitan ampliar la calidad y la cobertura de las acciones y programas para abatir la deserción escolar en los jóvenes.

Cabe destacar que durante el análisis de la reforma se estableció que la pandemia fue uno de los motivos por lo cual muchos menores dejaron la escuela.

Otra posibilidad es que esos niños se encuentren en situación de calle ya sea obligados por los padres o que se fueron de su casa voluntariamente, también sucede que los padres los envíen a trabajar para que contribuyan al ingreso familiar.

Así, los niños y jóvenes que abandonaron la escuela se encuentran también en una situación de vulnerabilidad en materia de salud, de nutrición».

“Es así que, los niños como los jóvenes que no tiene posibilidades de continuar sus estudios, incrementa su vulnerabilidad en materia de desarrollo humano, de estigmatización y discriminación social, un menor que no concluye la primaria o la secundaria tiene muy pocas posibilidades de insertarse en el mercado laboral. Igualmente, se encuentra expuesto a muchos riesgos de abuso, maltrato, explotación y violencia”, leyó Ortiz.