Por Angélica Valle
La trayectoria y experiencia de Cristina Díaz, César Garza e Ildefonso Guajardo es amplia y reconocida como para que aceptaran convertirse en la comparsa de Adrián de la Garza. Bien hizo el PRI en mejor quitar esas “cartas” de la mesa y destapar a su candidato.
Porque en realidad para el PRI, estatal o nacional, el actual alcalde de Monterrey siempre fue su candidato, aun cuando buscaba “alianzas” con otros partidos.
Pero mucho mejor hicieron los otros tres personajes a quien, creo, forzaban a formar parte de la baraja.
No demerito la trayectoria de Adrián de la Garza, se ha esforzado, ha controlado su nerviosismo al hablar, tiene más control sobre sus emociones en público; casi 6 años al frente de Monterrey le ha dado experiencia en el manejo de la administración pública, hoy sabe que saquear las arcas públicas solo deja problemas, así recibió la ciudad, sin dinero, sin obras, y casi casi, podríamos decir que sin rumbo.
Tampoco digo que todo eso se arregló en su tiempo como alcalde, sin embargo, De la Garza algo está haciendo bien, lo más importante a sus 49 años, es aprender en el trayecto y forjar un futuro, que esperemos tenga objetivos muy claros, precisos y dirigidos a los ciudadanos a quienes deberá de convencer el próximo 6 de junio en las elecciones, en donde seguramente en esta ocasión –lo deseo- no votemos por personas sino por ideologías de partidos.
Todo sea por el bien ciudadano.