Al menos cuatro personas murieron este miércoles en un tiroteo ocurrido en el campus del Hospital St. Francis en Tulsa, Oklahoma.

En un primer informe la policía de la localidad calificó el hecho como una “escena catastrófica” además confirmaron que el tirador también fue abatido. 

Las autoridades respondieron a una llamada sobre un hombre que estaba armado con un rifle en el Natalie Medical Building, un edificio de consultorios médicos.

«En este punto, podemos confirmar que el atacante está muerto», dijo la policía en la publicación, aunque no está claro si su muerte fue autoinfligida.

“Actualmente, los agentes están revisando todas las habitaciones del edificio en busca de amenazas adicionales”

«Tenemos varios pisos… con cientos de habitaciones y cientos de personas dentro del edificio», dijo.

“Estamos tratando esto como una escena catastrófica en este momento”, detalló el departamento de Policía. 

El capitán de la policía de Tulsa, Richard Meulenberg, dijo “múltiples” personas resultaron heridas aunque aún se desconoce el saldo.

De momento, no han trascendido las identidades de las víctimas ni del atacante, ni tampoco las posibles motivaciones del suceso.

Este nuevo tiroteo tiene lugar mientras el país continúa reponiéndose de la masacre ocurrida el pasado 24 de mayo, cuando 19 niños y dos profesoras fueron asesinados por disparos de un joven de 18 años en una escuela de Uvalde (Texas), donde el agresor fue abatido después por la Policía.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió que se reunirá este jueves con miembros del Congreso para tratar la cuestión del control de las armas de fuego. 

 

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