México es ahora el escenario para que el desquiciado asesino John Kramer salga de nuevo a las calles a causar el terror, esto en la película “Saw X. El juego del miedo”, y lo hace de una manera aún más perturbadora.

Tobin Bell, actor que ha protagonizado la saga como Jigsaw, dijo sentirse complacido de haber filmado en el País esta nueva entrega que explora el capítulo nunca antes contado del juego del personaje principal.

La trama toma lugar entre los eventos ocurridos de SAW I (El juego del miedo) y SAW II (El juego del miedo 2), un enfermo y desesperado John viaja a México por un arriesgado y experimental procedimiento médico con la esperanza de encontrar milagrosamente una cura para su cáncer – solo para descubrir que toda la operación es una estafa y defrauda a los más vulnerables.

Armado de un nuevo propósito, el infame asesino serial regresa a su trabajo, intercambiando papeles con los estafadores en su característico estilo visceral a través de tortuosas, trastornadas e ingeniosas trampas.

Los guionistas Josh Stolberg y Pete Goldfinger logran ofrecer una nueva forma de apreciar la historia, pese a lo crudo de los acontecimientos narrados por el simple hecho de ubicarlos en un contexto que al público mexicano le parecerá familiar.

Para entender la historia, habría que remitirse a los inicios de la saga, en la que se presenta a John como un ingeniero civil a quien le apasionaban las máquinas y dispositivos mecánicos, especialmente aquellos que posean engranajes, cuerdas o contrapesos.

La vida era la de un hombre que se ganaba la vida trabajando en una clínica fundada por él y por su esposa Jill Tuck, quien era mucho más joven que él.

Su vida era confortable, pero lo desquició la pérdida de su hijo durante el embarazo de Jill, al darse un robo por parte de uno de los internos en la clínica; ese hijo le significaba muchas cosas.

La historia de John se complica una vez que se le da a conocer por su médico Lawrence Gordon, un hábil pero deshumanizado doctor para con sus pacientes, que padece un tumor cerebral inoperable, siendo esto el punto culminante de su depresión psicológica tras la muerte de su hijo.

El atribulado personaje ha pasado las de Caín, desde que su intento de suicidio le dio una lección, la mayor de ellas, que es la de que se puede sobrevivir a una tragedia, como la de ser atravesado por una barra de metal, lo que le representó una señal, una manera de interpretar que otras personas, sus víctimas, también podrían pasar por estas macabras experiencias.

Las entregas fueron se sucedieron y hay que decirlo, este tipo de trama no es del todo atractivo para las masas, pero a partir de este 28 de septiembre el público tendrá la opción de ir a ver las atrocidades de un asesino catalogado ya como un retorcido clásico del cine de terror.

Texto: Vicente Guerrero