Los generales rusos acusaron el viernes por la noche a Yevgeny Prigozhin, el líder del grupo Wagner -un grupo militar de 50 mil mercenarios ex aliados de Putin-, de intentar dar un golpe de estado contra el presidente Vladimir Putin. Se trata de una profundización dramática de la larga disputa entre el polémico dirigente y el ejército ruso, que ahora escaló a una confrontación abierta.

Aunque no se han reportado enfrentamientos, videos en redes sociales muestran un fuerte despliegue de vehículos blindados militares y de la guardia nacional en Moscú y en la ciudad sureña de Rostov-on-Don, cerca de la línea del frente en Ucrania.

Vladimir Alekseyev, subjefe de la agencia de inteligencia militar de Rusia, dijo en un llamado a los combatientes de Prigozhin de cancelar cualquier rebelión. “Esto es un golpe de Estado”, agregó.

El Comité Antiterrorista de Rusia informó a su vez de la apertura de un caso penal por llamamientos a la rebelión armada tras las declaraciones del jefe de Wagner sobre la intención de castigar a la cúpula militar rusa por el ataque a sus bases.

«Las declaraciones difundidas en nombre de Yevgueni Prigozhin no tienen fundamento. En relación con estas declaraciones, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia incoó un caso penal por llamamiento a rebelión armada. Exigimos el cese inmediato de actividades ilegales», dice el comunicado oficial, citado por la agencia TASS.