Tras dos semanas sin atacar la ciudad de Kiev, este jueves, Rusia bombardeó la capital de Ucrania durante la visita del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky señaló que los bombardeos rusos tenían el objetivo “humillar” a la ONU.

«Esta noche, el enemigo disparу contra Kiev. Han sido dos golpes en el distrito de Shevchenkivski. Todos los servicios de emergencias están en el lugar. Se está aclarando la información sobre posibles víctimas», escribió Zelensky en su canal de Telegram.

Al menos una persona murió y varias resultaron heridas, entre ellas algunas que quedaron atrapadas bajo los escombros, de acuerdo con los equipos de rescate.

Las explosiones, que arrojaron columnas de humo negro al aire, se produjeron poco después de que Zelenskyy y Guterres ofrecieran una conferencia de prensa en la que el secretario general de la ONU condenó las atrocidades cometidas en poblados como Bucha, donde se halló evidencia de asesinatos masivos de civiles tras la retirada de las tropas de Rusia. Las autoridades informaron que Guterres y su equipo estaban a salvo.

Guterres, que se reunió hoy con Zelenski, afirmó que la ONU hace «todo lo posible» para evacuar a los civiles de la planta metalúrgica de Azovstal en la ciudad ucraniana de Mariupol, donde permanecen refugiados unas mil personas junto a unos 2 mil soldados ucranianos.

Las explosiones parecen ser uno de los ataques más audaces contra Kiev desde que las fuerzas rusas se retiraron de la capital ucraniana hace semanas, y se registraron mientras aumenta el número de residentes que regresan a la ciudad. Las cafeterías y otros negocios han reabierto, y un mayor número de personas ha salido a las calles y disfrutado del clima de primavera.