Este jueves, Venecia se convirtió en el primer destino turístico del mundo en implementar un sistema obligatorio de registro y pago para visitantes. La medida, que ha generado tanto aceptación como controversia, requiere que los turistas paguen una tarifa de 5 euros para acceder a la ciudad.

A pesar de la resignación generalizada entre los turistas, algunos expresaron su malestar por la falta de información previa y las largas colas que tuvieron que enfrentar para obtener su entrada. Sin embargo, según informes del ayuntamiento, aproximadamente el 10% de los 110,000 visitantes que llegaron a Venecia este jueves acataron la nueva normativa.

Mientras tanto, los habitantes de Venecia se manifestaron en contra de la medida, argumentando que es «inútil» y considerándola un «impuesto» injusto. En Plaza Roma, principal acceso a la ciudad, se registraron momentos de tensión cuando la Policía intentó desalojar a los manifestantes.

La medida, que estará vigente desde el 25 de abril hasta el 14 de julio, y durante ciertos fines de semana, busca regular el flujo turístico y proteger el patrimonio de la ciudad de los canales. Sin embargo, algunos críticos argumentan que no se ha establecido un límite a la cantidad de visitantes y que la medida podría no ser efectiva a largo plazo.

El alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, defendió la medida como un paso necesario para preservar la ciudad para las generaciones futuras, aunque admitió que el costo de implementarla supera los ingresos que genera. Brugnaro afirmó que esta iniciativa es parte de un proceso de experimentación a medio-largo plazo para recopilar datos y ajustar el sistema según sea necesario.