Por: Jorge Maldonado Díaz

Tras la donación de 39 especies del Parque La Pastora que realizo el Gobierno del Estado a un rancho cinegético dedicado a la cacería en Villaldama, el Consejo Ciudadano de Protección y Bienestar Animal de Nuevo León pido el regreso de los animales.

Dicho organismo reprobó rotundamente la acción de la autoridad estatal porque no está garantizada el buen resguardo de estas especies.

En la exposición de motivos alegan que si bien el rancho Palos Altos se promueve como un safari y un lugar de conservación animal, también es zona para la práctica de la cacería.

Desde el Consejo Ciudadano de Protección y Bienestar Animal de Nuevo León abogamos por que los animales propiedad del Estado, se encuentren en las mejores condiciones de salud y bienestar donde quiera que se encuentren, asegurando siempre espacios de acuerdo a su conducta biológica”.

“Así como el debido enriquecimiento ambiental, alimentación suficiente y específica para cada especie, agua a libre acceso, conductas sociales de acuerdo a su especie, así como estar libre de cualquier amenaza de estrés, tener las conductas sociales propias de los animales y permanecer vivos según su ciclo biológico», señala el escrito.

En el comunicado exigieron que las especies regresen a La Pastora y permanezcan ahí hasta que se encuentre una Unidad de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA).

Lo anterior al señalar que este tipo de lugares están exclusivamente dedicados a la conservación y reproducción de las especies.

Reprobamos totalmente que los animales se estén llevando a lugares con fines cinegéticos, cuando bien pudieran elegir UMAs con fines de conservación y reproducción, por tal motivo le solicitamos que los ejemplares que fueron llevados a este rancho sean devueltos a su lugar de origen”.

“Ya que no vemos motivo alguno por el que no se pueda realizar la devolución por haber sido regalados”, señala el escrito.

Finalmente solicitaron al Estado notificar cualquier traslado de animales que están enlistadas para su reubicación a una Unidad de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA) con el fin de vigilar que se cumpla con las normas mexicanas referentes al trato humanitario en la movilización de los animales.