Monterrey, NL.- La fuerza necesaria para ejecutar acrobacias sobre el escenario, sello distintivo que el maestro Mizraim Araujo utiliza para sus creaciones con sus alumnos y el histrionismo en movimiento que Aurora Buensuceso imprime en sus discípulos, fueron dos de las formas que se vieron la tarde de ayer en “Registro 1”, dentro de la Temporada de Danza Conarte 2022.

En “Afilando luz en tu torso”, Miriam Arévalo, Eliel Hernández, Edgar Bocanegra y Jonathan Rodríguez, mostraron la plasticidad que Buensuceso buscó plasmar en los trazos coreográficos de la pieza.

“Los Afiladores de Parquet”, de Gustave Caillebotte, obra pictórica creada en 1875, fue la pieza en la que la coreógrafa se inspiró para el montaje dancístico en el que los bailarines imitaron una jornada de trabajo.

La obra coreográfica destaca la figura masculina de estos trabajadores de la madera y lleva a los espectadores al plano de los sueños del personaje femenino, incluido en la pieza, quien se muestra cautivada e inician una sutil y sensual relación que deja abierta muchas posibilidades en el imaginario de la concurrencia.

La música original y diseño sonoro de Joao Quiroz ofrece los matices necesarios para entrar en una atmósfera de ensueños y deseos de los personajes de esta historia.

“Cruzar”, del maestro Mizraim Araujo Castillo, coreógrafo huésped del Laboratorio Danza Contemporánea de la UANL, compañía de producción artística integrada por destacados artistas radicados en Nuevo León y respaldados por la Secretaría de Extensión y Cultura de la UANL, continuó en el programa dominical.

Con sus alumnos, Araujo Castillo puso en evidencia la misión de dicho laboratorio de promover y difundir la danza contemporánea, la diversidad, el arte, el oficio, la pasión de gente dedicada a la danza, pues presentó una coreografía que habla de su entorno y la vida misma.

La obra “Cruzar” explora la posibilidad de crear especies e incluso un nuevo ser.

La interpretación de Miriam Arévalo, Eliel Hernández, Alex Valdés y Valery de los Santos, con evoluciones musicales de Klaus Schulze, permitió comprender el interés del coreógrafo de sus preguntas: ¿Se vive una era en la que es posible contar con híbridos entre lo humano y lo animal?

Esa exploración dancística dio pie a un juego en el que la habilidad de los bailarines de cruzar los aires con sus acrobacias, hicieron recordar a seres de la especie felina tomando el cuerpo del talento para ofrecer un espectáculo visual que lució aún más con el trabajo de iluminación de José Ignacio Cristerna.

Video de la transmisión: