Con 86 años, víctima de leucemia murió este lunes Silvio Berlusconi, líder de la conservadora Forza Italia, empresario y una de las figuras más influyentes del último medio siglo en Italia.

Su deceso fue en el hospital San Raffaele de Milán. Los problemas de salud lo persiguieron a lo largo de los años. Recientemente pasó más de un mes en el hospital con una infección pulmonar derivada de la leucemia. También padecía dolencias cardíacas, cáncer de próstata y estuvo hospitalizado por Covid-19 en 2020.

El funeral tendrá lugar el próximo miércoles en la catedral milanesa.

El ex primer Ministro de Italia llegó a ocupar el puesto 118 en 2011 en la lista de las personas más ricas del mundo; se le consideró como un gran comunicador y anticomunista.

Fue primer ministro durante nueve años en total, entre 1994 y 2011 y consolidó su inmensa riqueza en la década de los 80 y 90; además de ser un empresario audaz e innovador, inventó un peculiar e imitado formato de televisión comercial en la década de 1980.

El político que ganó tres elecciones y lideró uno de los Gobiernos más largos de la posguerra, padecía una leucemia crónica, según revelaron sus médicos el 6 abril tras haber sido hospitalizado por problemas respiratorios.

Su aura se mantuvo intacta durante décadas gracias a su personalidad expansiva y su vida disipada, que lo llevó muchas veces al banquillo de los acusados por corrupción, compra de testigos y fraude fiscal.

Orgías ‘bunga bunga’

Conocido por sus orgías «bunga bunga» y sus chistes vulgares, incluso en reuniones internacionales, como cuando comentó el físico de la entonces Canciller alemana Angela Merkel, Berlusconi fue todo un personaje en el extranjero además de un emblema de una Italia en rápido crecimiento.

Con el paso de los años, «El Caimán», uno de sus numerosos apodos, se sometió a numerosas cirugías en el rostro para rejuvenecerse, usaba maquillaje para cubrir las arrugas y solía estar acompañado por una novia notablemente más joven.

Nacido el 29 de septiembre de 1936, hijo de un empleado de banco, animador de cruceros en su juventud y graduado en derecho, el origen de su enorme fortuna ha desatado todo tipo de especulaciones y sigue siendo incierto.

Incluso se habló de la posibilidad de que proviniera de préstamos hechos por la mafia siciliana.

Con sus canales privados de televisión, salpicados de programas con bellas mujeres casi desnudas, conquistó al gran público.

También amasó millones con el sector inmobiliario y financiero hasta llegar a la política, seduciendo a la vez telespectadores y votos, aunque no logró cumplir su mayor sueño: el de llegar a ser presidente de la República.

Con el holding Fininvest, que contaba con tres canales de televisión, varios periódicos además de la editorial Mondadori, acumuló más poder y su imperio se extendió a nivel internacional.

Fue el precursor de un estilo de político millonario que ha sido repetido a nivel mundial, que ignora y pasa por alto principios éticos y morales.

El magnate jamás renunció a sus negocios y empresas, generando un debate sobre conflicto de intereses, pero en noviembre de 2011 tuvo que ceder las riendas de una Italia sumida en una grave crisis financiera.

Condecorado como «Caballero del Trabajo» (‘Cavaliere del Lavoro’) a los 41 años, perdió el título tras la condena definitiva en 2013 a cuatro años de cárcel por fraude fiscal en su empresa Mediaset y por ello expulsado del Senado después de veinte años de presencia continua en el parlamento.

Padre de cinco hijos de dos matrimonios y varias veces abuelo, Silvio Berlusconi no deja herederos políticos, pero sí muchos económicos, tras el reparto de su inmenso patrimonio.

 

Francisco envía condolencias

El papa Francisco lamentó la muerte del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, lo recordó como «un protagonista» de la política nacional y por su «temperamento enérgico».

El mensaje de pésame a nombre del pontífice argentino está dirigido a la primogénita del magnate, Marina Berlusconi, y firmado como es habitual por su secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin.

En el telegrama, el papa Francisco expresó a la hija del político su pésame por la muerte de «su amado padre» y le transmite a ella y al resto de familiares «su cercanía, asegurando una sentida participación en el luto por la pérdida de un protagonista de la vida política italiana».

Francisco, en la misiva, recordó que «ejerció responsabilidades públicas con temperamento enérgico».

Su Santidad invoca del Señor la paz eterna para él y el consuelo de los corazones de todos aquellos que lloran la pérdida. Me uno al pésame con un ferviente recuerdo en la oración», termina la carta.