Un ataque con misil destruyó este lunes un centro comercial de Ucrania cuando en su interior se encontraban más de mil personas, según dijo el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.

El ataque se produjo en la ciudad de Kremenchuk, en el centro-este del país, y causó la muerte de al menos 13 personas y dejó otras 40 heridas de las cuales nueve se encuentran en estado crítico, de acuerdo con el jefe de la administración regional de Poltava, Dmytro Lunin.

Las autoridades temen que la cifra de víctimas se incremente.

Imágenes impresionantes grabadas en el lugar muestran cómo el fuego consumía el edificio mientras los equipos de bomberos intentaban aplacar las llamas.

Zelensky criticó duramente el ataque destacando que se trataba de un objetivo civil.

«Está en llamas y los equipos de rescate están intentando apagar el incendio, el número de víctimas es imposible de imaginar», describió el mandatario. «No planteaba una amenaza para el Ejército ruso. No tenía valor estratégico. La gente solo quiere vivir una vida normal, lo que molesta tanto a los ocupantes», escribió el mandatario en Telegram.

A sus palabras se sumaron las del alcalde de la localidad, que tachó el suceso de «otro crimen de guerra ruso, un crimen contra la humanidad, un abierto y cínico acto de terror contra la población civil».

El ataque contra el centro comercial se produjo un día después del bombardeo de un edificio en el centro de Kiev, en el que también hubo muertos y heridos. Estos últimos ataques rusos tensaban el campo de batalla mientras se celebraba la reunión del G-7 en Baviera, Alemania, y a dos días de la inauguración en Madrid de la cumbre de la OTAN, un encuentro decisivo para el futuro de la Alianza y de la guerra en Ucrania.