Lava el papa Francisco pies a 12 reclusas al celebrar Jueves Santo

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Roma, Italia.- Utilizando una silla de ruedas para movilizarse, el Sumo Pontífice presidió la misa de la última cena y lavatorio de pies a 12 reclusas de la prisión femenina Rebibbia en Roma.

Las presas, muchas de ellas llorando, se subieron a una plataforma y Francisco pasó por delante de ellas, a lavar sus pies y después besarlos, con un mandil blanco.

Previamente, había improvisado una breve homilía basada en el tema del perdón, aunque no la leyó, por el padecimiento respiratorio que presenta.

«Todos tenemos pequeños o grandes fracasos, todos tenemos una historia, pero el Señor nos espera siempre con los brazos abiertos y no se cansa nunca de perdonar», afirmó dentro de una carpa en el patio de la cárcel, ante las presas y el personal de la institución.

Francisco explicó que en este Jueves Santo, Jesús hizo entender, lavando los pies a sus discípulos en la última cena antes de su arresto, que «había venido para servir y no para ser servido».

«Jesús perdona todo, Jesús perdona siempre, solo espera que nosotros pidamos perdón», sostuvo ante las reas.

El pontífice argentino recordó que una vez «una anciana sabia y de pueblo» le dijo que «Jesús nunca se cansa de perdonar, sino que -puntualizó- somos nosotros quienes nos cansamos de pedir perdón».

«Ahora haremos lo mismo que hizo Jesús, lavar los pies, que es un gesto que llama la atención sobre la vocación del servicio. Pidamos al señor que haga crecer en todos nosotros la vocación del servicio», explicó, para después proceder a imitar a Cristo.