Debido a un dolor de rodilla, el Papa Francisco apareció en silla de ruedas en una reunión este jueves con la Unión Internacional de Superiores Generales en el Vaticano.
La oficina de prensa del Vaticano informó que los médicos aconsejaron que descanse, por lo que seguirá utilizando la silla de ruedas durante el día siguiente mientras que los encuentros previstos siguen confirmados.
El martes, en una entrevista con el diario italiano Il Corriere della Sera, el pontífice de 85 años contó que iba a someterse a «una infiltración» de rodilla para aliviar el dolor que padece y que lo ha obligado a cancelar varias reuniones programadas, pero de acuerdo a la oficina de prensa aún no ha sido operado.
«Tengo un ligamento roto; me operarán con infiltraciones y ya veremos… Llevo mucho tiempo así, no puedo caminar. Hubo un tiempo en que los papas iban con la silla gestatoria. Requiere un poco de humillación».
La infiltración de rodilla es un procedimiento que consiste en inyectar directamente en la articulación algunos medicamentos con efecto antiinflamatorio, analgésico o regenerativo.
El líder de la Iglesia católica tiene también problemas crónicos de ciática que le suelen causar dolores fuertes. En julio de 2021, se sometió a una delicada operación de colon.