Tras intentarlo cuatro veces, la misión no tripulada Artemis I tomó vuelo en las primeras horas de este miércoles.

El evento histórico tiene como objetivo preparar el camino de exploración lunar para el envío posterior de astronautas.

El imponente cohete Space Launch System (Sistema de Lanzamiento Espacial, o SLS) de 322 pies de altura (98 metros de altura) encendió sus motores a la 1:47 a.m. hora de Miami. Emitió hasta 9 millones de libras (4,1 millones de kilogramos) de empuje para salir de la plataforma de lanzamiento en Florida y elevarse en el aire, surcando vibrantemente el cielo nocturno.

La NASA ha tenido que retrasar cuatro veces la partida de la misión, dos por razones técnicas y otras dos por causas meteorológicas.

El objetivo general del programa Artemis de la NASA es devolver a los humanos a la Luna por primera vez en medio siglo y establecer una base allí como paso previo para llegar a Marte.

La última misión de la NASA en la que sus astronautas pisaron la Luna se remonta a Apolo 17, que se llevó a cabo entre el 7 y el 19 de diciembre de 1972.

Durante los 42 días de misión, la NASA busca poner a prueba el cohete SLS, el cual tuvo un costo de unos 4 mil millones de dólares, está potenciado con cuatro motores RS-25 y dos propulsores adjuntos, unas características que le ofrecen un 15 % más de potencia que el cohete Saturn usado en las misiones Apolo, según ha dicho la NASA.

De igual forma, se medirán las capacidades de la nave Orión, en la que pueden caber hasta cuatro tripulantes, es decir uno más que la Apolo, y con reservas de agua y oxígeno que le permitirían unos 20 días de viaje independiente.

Dos horas después de este lanzamiento, y tras separarse del cohete SLS, la Orión continuará por su cuenta un trayecto que en total cubrirá unos 2,1 millones de kilómetros.

La nave, con tres maniquíes a bordo que recopilan datos para ayudar a futuras tripulaciones, volará cerca de la Luna, a unas 62 millas (casi 100 km) de su superficie, y luego entrará en una órbita lunar lejana en la que llegará a situarse a más de 61.000 kilómetros del satélite terrestre, es decir hasta donde no ha llegado ninguna otra cápsula para tripulación.

A su regreso, a Orión le espera otra dura prueba, como es descender con éxito frente a las costas de San Diego, en California (EEUU), con apoyo de once paracaídas y en el que deberá aminorar de forma vertiginosa los 40.000 km/h de velocidad con la que alcanzará la atmósfera de la Tierra, un momento en que soportará hasta 2.760 grados centígrados de temperatura.

A esta misión le seguirá, en 2024, la primera tripulada del programa, la Artemis II, que hará el mismo trayecto, y se espera que con Artemis III, previsiblemente en 2025, toquen suelo lunar la primera mujer y hombre de color que viajen a la Luna.