¿Cómo conjugar las tareas diarias y ser feliz?

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Ileana Mayorga Nuñez

No sé cuántos blogs o columnas de madres de familia existan. Sólo se que muchos, y es por esta gran necesidad que tenemos como seres humanos de sentir que no estamos solos, que alguien más vive lo que vivimos diariamente, y se queja o llora en silencio de lo mismo que nosotros, para no sentirnos tan culpables tal vez del trabajo diario que implica ser madre y atender una familia, estamos acostumbrados a escuchar, ver y leer las maravillas de ser madre y obvio lo es.

Es lo más maravilloso del mundo, pero, como dicen por ahí,  pocos se atreven a contarte la parte cruda y difícil de formar pequeños seres humanos, desde las  incomodidades de un embarazo, el dolor del parto, el sentir que se acabo tu vida personal en el post parto, o hasta encerrarte a gritar por qué en todo el día se portaron mal, no hicieron caso, tuvieron algún accidente por travesuras (del cual también te sientes culpable) y toda tu casa parece zona de guerra.

Si! eso es parte de la vida diaria, no solo las risas, los corazones y los momentos hermosos que vemos en fotos de postal de Facebook, nos estamos mal acostumbrando a tratar de vivir en esa pose de revista y empieza a ser un poco más complicado tratar de llevar a cabo la vida normal con sus tropiezos y momentos desordenados de la vida, es por esto que  una servidora decidió comenzar con este blog, Porque en las pláticas diarias con amigas madres de pequeñitos me doy cuenta que a veces nos sentimos culpables por llegar a sentir frustración o desesperación y olvidarnos de que aun con el mágico poder e instinto que nos otorga la naturaleza al hacernos madres, no dejamos de ser humanas y de sentir, sufrir y tener necesidades como cualquiera.

La madre de familia que se queda en casa, llena de trabajo, agobiada por todos los pendientes y poniendo toda su atención en los pendientes de la familia, organiza reuniones escolares, asiste a todas las juntas, hace todas las tareas con los niños, los lleva a clases por la tarde, cocina y mantiene su casa limpia, y aun así, siente que no cumple al cien, qué algo falta y que no lo está haciendo del todo bien, o como mi caso, las mamás que trabajamos de tiempo completo, que no podemos participar en todas las actividades, hacemos la tarea corriendo, compramos la comida, o comen en la escuela y queda ese sentimiento de culpa de pensar que no se le está dando la atención o el tiempo necesario, así que después de tantas pláticas, libros, conferencias, consultas y casi casi preguntarle a una esfera mágica he llegado a la conclusión que,  para hacer niños felices, debemos ser mujeres felices,  realizadas, alegres y contentas con su vida propia, y no hablo de trabajar, sé que hay miles de mujeres que encuentran la satisfacción en ser amas de casa, otras en hacer ejercicio, otras en tener algún negocio pequeño, vender productos, organizar festividades en el colegio, otras en ser profesionistas, no importa, todas tenemos sueños y metas distintas el chiste es alcanzar nuestra felicidad primero, sentirnos plenas y felices y de esta manera al estar bien con nosotras mismas podremos con mayor seguridad y fuerza formar seres humanos felices, plenos, fuertes y seguros.

Soy hija de una mamá trabajadora también y eso refuerza mi teoría, mi mama fue feliz cuando regreso a trabajar, yo tenía 6 años y lo recuerdo perfectamente, el cambio en su semblante, en su vida, y si, fue todo un tema organizarnos, pero eso nos hizo más independientes y tuvimos una familia feliz.

Cabe aclarar que no soy ninguna erudita en el tema, solo soy una madre de dos encantadoras niñas, traviesas y a veces berrinchudas, una madre que como muchas he sentido culpa por trabajar, pero también sé que mi profesión me hace feliz y que para ser una buena madre primero debo ser una mujer feliz….