Este jueves, el Ejército de Israel lanzó una serie de ataques contra infraestructuras controladas por los rebeldes hutíes en Yemen, incluyendo el aeropuerto internacional de Saná y el puerto de Al Hodeida. Según reportes preliminares, al menos cuatro personas murieron y otras 21 resultaron heridas, informó la agencia de noticias Saba, afín a los hutíes.

El Ministerio de Salud y Medio Ambiente hutí indicó que tres personas murieron y 16 resultaron heridas en el aeropuerto de Saná, entre ellas el copiloto del avión que transportaba al director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien confirmó en sus redes sociales que tanto él como su equipo están a salvo.

En el puerto de Al Hodeida, una persona perdió la vida y cinco más resultaron heridas tras los bombardeos, elevando el total de fallecidos a cuatro.

En un comunicado, el Ejército israelí aseguró que las operaciones se realizaron “basadas en información de inteligencia” para neutralizar infraestructuras empleadas por los hutíes. Entre los objetivos estaban el aeropuerto de Saná, centrales energéticas en Hezyaz y Ras Kanatib, y los puertos de Hodeida, Salif y Ras Kanatib, todos ubicados en la costa oeste de Yemen.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, calificó a los hutíes como “el brazo terrorista de Irán” y declaró que Israel continuará con estas operaciones hasta “completar la tarea”.

Los hutíes, aliados de Irán, han intensificado sus ataques hacia Israel y otros objetivos en Medio Oriente en las últimas semanas, lo que ha incrementado las tensiones en la región. Este enfrentamiento se suma a la ya compleja situación en Yemen, donde un conflicto civil ha devastado al país desde 2014.

La comunidad internacional observa con preocupación la escalada de violencia, mientras organismos humanitarios advierten sobre el impacto en la población civil y la creciente crisis humanitaria en Yemen.