Washington, D.C. — En medio de una creciente ola de protestas por su política migratoria y tras la ejecución de redadas masivas contra migrantes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ultima los preparativos para un desfile militar sin precedentes que coincidirá con su cumpleaños número 79 y con la conmemoración del 250 aniversario de las Fuerzas Armadas.

El evento está programado para este sábado en la capital estadounidense, con un despliegue de al menos 150 vehículos militares y 50 aeronaves, incluyendo tanques M1 Abrams, helicópteros de combate AH-1 y aviones clásicos como el P-51 y el bombardero B-25.

A pesar de las restricciones viales y medidas logísticas —como la instalación de placas de acero para soportar el peso de los vehículos pesados— el evento ha sido fuertemente criticado por su elevado costo, estimado entre 25 y 45 millones de dólares. La cifra contrasta con los recortes presupuestales promovidos por la propia administración, incluso en áreas sensibles como atención a veteranos.

El desfile recorrerá cerca de nueve manzanas entre los memoriales a Abraham Lincoln y George Washington, en una muestra de poderío militar que no se veía desde 1991, al término de la primera Guerra del Golfo. Sin embargo, muchos sectores han señalado que el evento tiene tintes autoritarios y una intención propagandística, comparando al mandatario con líderes como Vladimir Putin, Xi Jinping o Kim Jong-un.

A la par del desfile, más de 2,000 manifestaciones han sido convocadas en los 50 estados del país bajo el nombre de Día Sin Reyes, una jornada de protesta nacional impulsada por organizaciones civiles que acusan a Trump de autoritarismo y corrupción. Aunque no se ha convocado ningún acto oficial en Washington para evitar confrontaciones, se espera que el ambiente esté cargado de tensión.

Además, el evento se realiza en un contexto internacional complejo, marcado por el reciente bombardeo de Israel a objetivos iraníes, lo que ha generado temores de una escalada militar en Medio Oriente con posible participación de Estados Unidos.

Trump ha advertido que cualquier intento de boicot será enfrentado con “una fuerza muy poderosa”, al tiempo que ha insistido en que la celebración será “por todo lo alto”, pese a las previsiones de lluvia y a la creciente desaprobación social.