Monterrey, NL.-

Adrián de la Garza se registró este domingo oficialmente como candidato a la alcaldía de Monterrey ante el Órgano Auxiliar de la Comisión Nacional de Procesos Internos, instalado en el Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI.

Ante cientos de regiomontanos congregados en la Plaza Multimodal del Centro de Monterrey, De la Garza expresó su compromiso de liderar la batalla más grande de la historia para recuperar la ciudad.

«Estoy listo para dar la batalla más grande de la historia para recuperar la ciudad», afirmó De la Garza, quien, minutos después de entregar la documentación requerida, se dirigió a la Plaza Multimodal.

Entre aclamaciones de sus seguidores y al grito de «Monterrey es de Adrián», el candidato aseguró que la ciudad y su gente no merecen vivir en las actuales condiciones, caracterizadas por problemas viales, contaminación y deficiencias en el transporte.

«Nos dijeron que lo nuevo sería mejor y no es así», declaró De la Garza, señalando que las promesas de cambio trajeron consigo violencia, contaminación y una mala planificación vial. Destacó la necesidad de salir a la calle, escuchar a la gente y resolver los problemas, abogando por poner fin a la improvisación en la administración de la ciudad.

«Basta de improvisar, hoy les digo, estoy listo para resolver», proclamó De la Garza.

Aseguró que ningún problema es desconocido para él y prometió presentar programas y propuestas que brinden esperanza y solución a los problemas de Monterrey. Enfatizó la importancia de trazar la ruta hacia el mejor Monterrey de la historia, destacando el orgullo de pertenecer a la ciudad y la determinación de ser los mejores de Nuevo León.

El candidato priista lanzó críticas a la oposición, indicando que mientras a los «de naranjas les sobran los likes», los priistas cuentan con la capacidad y experiencia necesarias para abordar las necesidades de la ciudadanía. En su discurso, De la Garza despidió la improvisación, la frivolidad y las promesas vacías, desafiando a aquellos que no lograron cumplir a abandonar la escena política.