¿Inclusión o integración?

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Por Myriam Muñoz Maldonado

“Integrar no basta, queremos inclusión”
Este es el llamado que realiza el grupo Rock and Monster y la bandera de su campaña oficial; ellos presentaron su video el pasado domingo.
Mientras veía a los niños bailando al ritmo de Rock and Monster, recordé que a las familias que vivimos el día a día con una condición, discapacidad etc. siempre se nos habla de inclusión e integración como si fueran sinónimos.

Nada más que integración e inclusión no son lo mismo, la primera implica que a los alumnos con discapacidad se les ajuste un lugar en el sistema educativo (escuela, secundaria, etc.) Mientras que la inclusión es respetar el derecho que, como seres humanos tienen de recibir una educación, invariablemente de la condición que presenten.

Hoy en día las instituciones educativas, aseguran ser inclusivas, la realidad es que la mayoría, están lejos de serlo; si bien es cierto que muchas ya aplican la integración, siguen manteniendo a alumnos en aulas diferentes, con grupos de apoyo, apartados de actividades del grupo regular.

El término integración me remota a los años ochenta, cuando existían los llamados ¨grupos integrados¨ que no eran otra cosa que aquellos alumnos con problemas en el aprendizaje, por discapacidad u otra razón, incluso a veces ni siquiera necesitaban tener problemas de educación, si el niño (a) tenía mala conducta era enviado a ese grupo, todo se dejaba a criterio del maestro (a), no existía diagnóstico o al menos charla con los padres para evaluar esos casos.

Así pues los niños que acudíamos a la escuela en los ochenta, veíamos y tratábamos diferente a aquellos de ese grupo, donde no había alumnos regulares, únicamente aquellos que se consideraran ¨no aptos¨ para estar con la media.

La inclusión y el trabajo para que esta se llevara acabo de plano no existía.

Luego vinieron las USAER, donde al menos ya existe un gabinete de apoyo que cuenta con psicólogo, maestro de apoyo y de comunicación y desapareció el concepto de grupo integrado; si hay un salón de apoyo, pero los alumnos con alguna discapacidad acuden de dos a tres veces por semana, luego regresan a sus salones con los estudiantes regulares.

A pesar de estos avances en cuanto a integración, no se ha logrado la inclusión total; para empezar porque muchos maestros de educación básica admiten no estar preparados para atender y apoyar a los alumnos con una necesidad educativa especial, entonces dependen de un maestro de apoyo que tiene que atender a 20 o más en toda la escuela.

No estamos generalizando, ni estamos satanizando a los maestros o instituciones, entendemos que habrá algunos que pongan todo de su parte para lograr la inclusión en aquel alumno que solo quiere ser aceptado.
Pero no podemos cerrar los ojos a la realidad cuando decimos que algo pasa al interior de las instituciones, que no se ha logrado esa inclusión de la que tanto se habla; nos seguimos quedando cortos.

Y para quienes aseguran que es un éxito la inclusión en el estado, los invito a platicar con los padres de familia, porque al menos, con todos los que yo he platicado, coincidimos en que si hay integración, más no inclusión, incluso las autoridades expertas en el tema nos intentan vender un término por otro.

Como dicen los Monster Rock: Integrar no basta, queremos inclusión, simple y sencillamente porque es el derecho de nuestros hijos y de todos las personas con discapacidad.

La integración es el primer paso rumbo a la Inclusión, las escuelas para preparar a los maestros para atender la discapacidad iniciaron en los años cuarenta (hace más de 70 años) los grupos integrados en los ochenta (hace casi 4 décadas), luego en los noventas (hace casi treinta) nacen las USAER.

En el 2002 surge el Programa Nacional de Fortalecimiento de la Educación Especial y la Integración Educativa, con los mismos centro (USAER, CAM etc) pero con un un programa reorientado; de este han pasado 15 años. Los programas avanzarán cuando se deje de ver a la persona con discapacidad como un ser vulnerable y las diferencias se vean como parte de la diversidad humana.

La inclusión real existirá cuando ya no haya necesidad de usar ese término, pero para eso aún falta mucho.