Washington.- Antes de su viaje a Alamo, Texas, para supervisar la construcción del muro fronterizo con México, el presidente Donald Trump dijo a la prensa que él no tenía la culpa de la violenta insurrección en el Capitolio de EE.UU. la semana pasada y agregó que sus comentarios a partidarios fueron «totalmente apropiados».

Declaró este martes que las gestiones en el Congreso para someterlo a juicio político por segunda vez están causando “enorme enojo” en la nación pero que él no está a favor de la violencia.

En conversación con reporteros en la Casa Blanca, el mandatario saliente expresó: “Realmente es algo terrible lo que están haciendo”, pero añadió: “no queremos violencia, nada de violencia”.

 El portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere, dijo que la visita a Texas marcaría la «finalización de más de 400 millas de muro fronterizo por parte de Trump, una promesa hecha, una promesa cumplida, y los esfuerzos de su Administración para reformar nuestro sistema de inmigración quebrado».