Después de recorrer miles de kilómetros, sobrevivir a los peligros de la selva, las corrientes de ríos caudalosos y estar a punto de cruzar el Río Bravo, para los migrantes sudamericanos una barda de alambre de púas resulta solo un obstáculo más, pero no imbencible.

Así lo han demostrado al utilizar cobijas para cubrir las púas que les impiden llegar a territorio estadounidense y cumplir su «sueño americano».

Desde horas de la madrugada, grupos de migrantes, que cruzan el río acompañados para ayudarse y evitar ahogarse o que se los lleve la corriente, se reúnen para ver cómo cruzar la alambrada de púas que el gobernador Greg Abbott ordenó colocar para impedir el paso de los indocumentados.

En su desesperación, algunos cruzan la alambrada sin protección alguna, y llegan del otro lado, sangrados, pero felices. Sin embargo, otros idean diversas formas de protegerse.

Un video captado por la emisora Voz de América muestra cómo los migrantes van colocando cobijas sobre la alambrada, para poder pisarla sin lastimarse y, una vez aplastada, toman la cobija y la ponen sobre el siguiente tramo de alambre.

«¡Venga, suba pues!», dice la avanzada, mientras mujeres y niños, que esperan a que los hombres les abran paso, ya sin riesgo, comienzan a cruzar el alambre aplastado.

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