Sintonía FM Por: Fernanda Mata
¡Tienes que estar bien por ti y por tus hijos! ¡Tranquilízate! ¡Solo se feliz y olvídate de los problemas! ¡No te pongas nervioso! ¡No te vayas a equivocar! y un sinfín de instrucciones que nos dan por aquí y por allá a manera de “consejos milagrosos” y que además, los dicen con aquella soltura y facilidad pero ninguno te ofrece un manual que te indique cómo hacerlo y de pronto, en situaciones cotidianas y otras adversas, nos vemos rebasados e incluso desesperados por no tener a la mano las respuestas y las herramientas necesarias para identificar la emoción y el sentimiento, y entonces poder responder óptimamente ¿me cachas la idea? Recuerda una escena donde tú, ante una emergencia, necesitabas tomar una decisión ¡a la de ya! (pongo música de suspenso y hacemos un “close up” a los ojos)… ¿te lo imaginaste? ¡Por favor, que alguien me enseñe qué hacer con lo que siento y cómo le hago para resolverlo! Quizá te ha pasado algo similar…
¡Vaya situación! Pero como en todo, hay una explicación que da contexto a todo esto y puede que nos topemos hasta con las respuestas del porqué nos cuesta trabajo, mucho trabajo saber qué hacer…
En la actualidad pareciera que comienza a cobrar factura lo que en su momento no se atendió, así como cuando la chavitas ochenteras nos echábamos litros de Aquanet (fijador de cabello) para hacernos esos enormes, voluminosos y redondos flecos que hoy en día, los hoyos de la capa de ozono nos recuerdan que estábamos aventando sin medida un alto contenido tóxico y que debimos haber tratado de otra manera a nuestro cabello y nuestro planeta; pues lo mismo sucede con la atención y seguimiento casi nulo de nuestra salud integral, es decir, por no atenderse desde generaciones atrás, las de hoy lo están padeciendo por no haber visualizado con un telescopio de mayor rango, que la formación integral del ser humano también incluía a la emocional y las consecuencias de nuestro presente, son la carencia de directrices, de rumbo y herramientas que no nos han permitido ponernos al tú por tú con las sorpresivas jugadas de la vida. Otra historia estaríamos contando si hubieran incluido a la salud emocional dentro del plan de estudios de primaria como parte del acompañamiento formativo; quizá tendríamos personas con proyectos de vida más claros porque, ya lo decía el gran psicólogo Daniel Goleman cuando nos presenta a su concepto que habla de la capacidad de reconocer y gestionar las emociones para manejar adecuadamente nuestras relaciones, situaciones y decisiones. ¡Qué razón tienes mi Dany! Y lo más increíble es que todos podemos potenciar y mejorar esa gran habilidad para revertir y cambiar la historia humana, porque sin duda, la salud emocional ha sido sumamente desatendida, ignorada, menospreciada y en muchas ocasiones arrebata y, como consecuencia de ello, las facturas de la infelicidad, de la vulnerabilidad y de la inconsciencia personal y colectiva, nos están cobrando intereses altísimos cual tarjeta de crédito de bancos chafas en donde nos sentimos sin salida y con el agua hasta los pelos de la nariz.
Fíjate el dato crudo que nos revela Daniel – “Los niños que no están instruidos en el desarrollo de la inteligencia emocional pueden convertirse en adolescentes complejos o adultos con malos hábitos o adicciones”.
Cuando hablamos de salud integral, hacemos referencia al ecualizador que nos da equilibrio y armonía como seres humanos y éste está trazado por varios ejes: Salud física, espiritual, mental, emocional, social y hasta financiera. Cuando todas están en perfecta sintonía, generas BIENESTAR en tu vida, pero la batuta que te llevará a ese estado de plenitud será el control y manejo de tus emociones, permanecer en un estado consciente y en el trabajo diario para tu continua mejora; en resumidas cuentas, la salud emocional será el eje motor de todos los demás… dicho esto ¿vale la pena invertir en tu salud emocional? Pero no olvides que todas son importantes y vitales y a la mayoría de ellas, las hemos dejado de lado… hemos renunciado a la idea de vivir en plenitud para simplemente sobrevivir, creemos que las canas ya nos ganaron, que ya no hay mucho que hacer ¿pero? te hago una pregunta: ¿Cuándo es el momento oportuno para reconstruirte? ¿Cuándo merecen tú y los tuyos ver una remodelación de tu vida?
“Lo que yo puedo escuchar y atender en mí, es lo que puedo escuchar y atender en los demás” Si las cabezas que me instruyen, llámense docentes, papás, líderes, gobernantes, etc., carecen de estas herramientas, qué le espera al aprendiz… se trata de captar para descifrar y ayudarme, se trata de atender los llamados que nos hace la vida para llevarlos a acciones de mejora; un buen puente puede ser comenzar por ir liberando la toxicidad de nuestra vida, así como cuando tienes un virus que invade tu cuerpo y le dan un medicamento para destruirlo, así también, con medicamento se destruyen los del alma y la mente, sabiendo utilizar el correcto; se trata de entender que yo debo dotar mi “locker” mental de fórmulas, tareas, sugerencias, experiencias y prácticas que cuando sea la hora de los catorrazos, las pueda localizar y utilizar; y finalmente, se trata de recuperarme y reinventarme en primer lugar yo, luego embarrar (en el mejor de los sentidos) al que se deje, es decir, en el más sano de los egoísmos primero me atiendo yo para estar bien y luego para los demás…
La realidad actual es dura y hasta desalentadora, pero con todo y sus carencias aún podemos tener una rehabilitación emocional, hoy podemos empezar a atender el grito desesperado de nuestro corazón con una serie de prácticas que te lleven a graduarte en esta necesidad sentida, tu BIENESTAR.
Empecemos a multiplicar las estrategias que nos lleven a una salud integral de diez…
¿Por cierto? Podrías responder estos grandes cuestionamientos de la vida…
¿Cuál es tu mayor talento?
¿Cuál es tu mayor habilidad?
¿Cuál es tu pasión?
Del 1 al 10, ¿qué tan pleno te sientes?
¿Están integrados en tus actividades diarias?
Vámonos despacio… solo se trata de reflexionar si con lo que goza tu corazón está presente en tu vida, si te das chance de disfrutarlo y si te das cuenta de que la vida sí se acaba. Soltemos las adicciones que nublan nuestra felicidad y propósito de vida y démosle paso a una auténtica y honesta rehabilitación emocional.
Se han visto resultados notables cuando nos tomamos de la mano de los expertos al momento de iniciar un proceso de cambio.
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