«El polvo del Sahara que transita por nuestro estado no es un factor ambiental negativo, en términos de salud no me preocupa; no es una fuente adicional de una contaminación que ya tenemos. Podemos seguir usando el cubre bocas y vamos a estar bien”.
Así lo advirtió el doctor Uwe Jenchen, experto en geología de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), a propósito de la inquietud de la comunidad en general acerca de este fenómeno climático que cada año se registra en México.
El desierto del Sahara es la principal fuente de polvo mineral que es dispensado en el mar Mediterráneo y el caribe hacia el norte de América del Sur, América Central, América del Norte y Europa. El polvo es un aerosol que contiene fragmentos de rocas, hechos de los sedimentos de silicio, aluminio, fierro, fósforo y calcio.
Fenómeno del clima
El polvo del Sahara viaja cerca de 10 mil kilómetros desde África para llegar a México, un fenómeno que ocurre cuando existen condiciones de viento favorables y hay sedimentos y minerales disponibles.
“Este fenómeno que afecta a todo el planeta demuestra que todos estamos conectados; llegará a Monterrey gracias a los vientos, que son los distribuidores del material del polvo del Sahara”, reiteró el investigador de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UANL
Destacó que el viento es un factor importante para la estabilidad que tenemos del clima global, es tan importante porque indica si se registrarán precipitaciones o no; o si habrá sequías.
El científico adscrito al Sistema Nacional de Investigadores Nivel II, explicó que no todo el desierto del Sahara emite este polvo, sino solo aquellas zonas donde se generan sedimentos muy finos de los minerales en la Tierra.
Es en el Alto de Dijado donde se levanta el polvo del Sahara, material que primero se va hacia la estratósfera y se empieza a distribuir a través de vientos térmicos muy fuertes. Es en la víspera de la canícula cuando sucede este fenómeno, entre junio y agosto.
“La llegada del polvo del Sahara en el mundo es una cosa completamente natural, es algo que existe desde hace millones de años. Existe el Sahara y existen los vientos en la atmósfera, solo que en los últimos años nos damos más cuenta de los fenómenos naturales que existen en la Tierra”, explicó Uwe Jenchen.
El experto nacido en Alemania dejó claro que un viento fuerte proveniente de Coahuila va a traer más tierra al área metropolitana que pueda irritar ojos y garganta en la población, que este polvo africano.
“La diferencia es que este polvo que viene de Saltillo hacia abajo del Altiplano, va a ser un polvo que es más grueso, vamos sentirlo más como efecto negativo porque es polvo que va bajándose en un tamaño más alto.
“Ahora, el polvo del Sáhara a nivel global tiene un efecto positivo en la disminución de ciclones tropicales y sus intensidades debido a que reduce la formación de nubes. Además, informa de que la llegada de este polvo aporta agua a las actividades agropecuarias, mantos acuíferos y presas”, advirtió el especialista de la UANL.
Durante estos días es recomendable cubrir las fuentes de almacenamiento de agua y rociar el piso con agua para no levantar el polvo del suelo al momento de barrer. La ciudad probablemente presentará paisajes amarillos a causa de este polvo del Sahara.