En un hecho reprobado por múltiples líderes internacionales, el ataque de la Fuerzas de Defensa de Israel tenía como objetivo Ibrahim Biari, comandante de Hamás.

De acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, al menos 50 personas perdieron la vida, aunque la dirección del Hospital Indonesio declaró que había alrededor de 120 víctimas y unos 150 heridos.

Biari, un alto comandante del grupo islamista, estaba señalado como quien planificó el ataque del pasado 7 de octubre.

El ataque propició el rompimiento de relaciones diplomática de Bolivia y Jordanía, en tanto que los presidentes de Chile y Colombia, Gabriel Boric y Gustavo Petro, llamaron a consulta a sus embajadores en Tel Aviv, repitiendo la condena a las acciones del gobierno de Benjamín Netanyahu en contra de los palestinos y llamaron a un término inmediato de las hostilidades.

De igual forma, Venezuela emitió un comunicado en el que rechazo el genocidio contra el pueblo palestino, manifestando repudio a la violación a los principios contemplados en el derecho internacional humanitario.

Asimismo, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, se dijo horrorizado por las víctimas civiles del bombardeo y llamó a una tregua humanitaria.

En tanto, el director de la oficina de Nueva York del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Craig Mokhiber, presentó su renuncia acusando un genocidio en Gaza, ante el cual la ONU no ha actuado y que dijo es producto de décadas de impunidad.

Mientras que, el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, calificó el acto como una atrocidad, y una lucha con consecuencias humanitarias terribles.

Las fuerzas israelíes lanzaron el miércoles un segundo ataque al campo de Yabalia, los refugiados buscan entre los escombros cuerpos y sobrevivientes.