Por: Jorge Maldonado Díaz

Con el fin de evitar actos de discriminación contra quienes han dado positivo al Covid -19, incluido el personal del sector salud, el Congreso del Estado aprobó dos reformas a la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación en el Estado de Nuevo León, las cuales fueron promovidas, en su momento, por los Diputados priístas Álvaro Ibarra y Karina Barrón.

Por unanimidad se avalaron los dos dictámenes que modifican a las fracciones XXX, XXVIII y XXXIX del artículo 7 de la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación en el Estado de Nuevo León.

El Coordinador del GLPRI, Álvaro Ibarra, lamentó que se hayan presentado casos de personas contagiadas de Covid-19 que son discriminadas, agredidas e incluso golpeadas, por el temor a que puedan contagiar a otras personas, lo que constituyen acciones discriminatorias sin fundamento alguno.

“Con esta reforma están incluidas en la protección de la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación en el Estado de Nuevo León, aquellas personas que sean discriminadas a consecuencia de una emergencia sanitaria. Reforma que representa el cumplimiento a cabalidad de los principios de los derechos humanos en lo relativo al principio de progresividad, pues tal inclusión expresa, significa la ampliación gradual de la protección del derecho humano a la no discriminación”, puntualizó Ibarra.

En tanto, la reforma promovida por la Diputada Karina Barrón va enfocada a la protección de los profesionales del sector salud quienes están en la primera línea de batalla combatiendo al coronavirus.

“Lamentablemente Nuevo León se ha unido a la violencia, y discriminación contra los trabajadores de la salud como en otros estados de la República debido a las preocupaciones sobre el contagio de Covid-19”, indicó la Diputada local del PRI.

“El fenómeno de la violencia contra los profesionales de la salud es multifactorial. No se trata de un problema individual ni aislado, sino más bien de un problema estructural y estratégico que tiene sus raíces en factores sociales, económicos, organizacionales y culturales. Cada vez más, la violencia doméstica y la violencia callejera pasan a las instituciones de salud”, recalcó.