Jorge Maldonado Díaz
Monterrey.- Para que los acosadores sexuales tengan penas más severas, la bancada de Morena presento una iniciativa de reforma al Código Penal del Estado.
La diputada Beatriz de los Santos dijo que la propuesta era una modificación al Artículo 271 bis 2.
Señalo que ahí queda establecido que aquellas personas sorprendidas cometiendo este delito podría alcanzar una pena de dos a cuatro años de prisión y 100 cuotas.
En su intervención desde la tribuna del Congreso Local, la legisladora expuso que tienen que meterle un freno a la problemática que impera en ese transporte colectivo.
“Debemos ponerles un freno a esta problemática que se da en los vagones del metro, queremos pasar de la proposición a la implementación desde está máxima tribuna para endurecer estas penas hacia los acosadores”.
“Hoy alzó la voz en favor de las mujeres ya que estas circunstancias han venido incrementándose y todo quedaba en la proposición pero no le daban crédito a la implementación y esta modificación va en el sentido que quien abuse deberá comparecer ante las instancias de justicia para que paguen por sus actos”.
Anteriormente el código penal que deriva del artículo 271 bis 2, decía que iban de uno a 3 años de prisión, esto ante el constante acoso que reciben mujeres que viajan en el transporte colectivo de Metrorrey.
NIÑOS INVISIBLES
El Congreso del Estado exhortó al Gobierno de Nuevo León informe el número de niños y niñas que habitan con sus madres dentro del Centro Penitenciario Femenil, conocidos como “niños invisibles”, así como el número de mujeres embarazadas dentro del mismo.
El acuerdo, presentado por la Diputada de Movimiento Ciudadano, Karina Barrón Perales, pretende además conocer los servicios médicos, de obstetricia y pediatría a los que tienen acceso tanto las mujeres como sus hijos, dentro de las instalaciones de este centro penitenciario ubicado en el municipio de Escobedo.
“Debemos garantizar los derechos de las niñas y niños, también llamados “niños invisibles”; que se encuentran en condiciones de abandono y absoluto desamparo dentro del sistema penitenciario, e incluso algunos sin acta de nacimiento, no esperemos a que otro problema de violencia surja en los penales”, señaló Karina Barrón.
“Nacer y vivir en prisión, es formar parte de un grupo vulnerable distinto a otros. Se habla de niñas y niños, hijos de madres reclusas que jamás han conocido otra vida mas que la que llevan dentro de los centros, menores que jamás han observado un perro, ni paisajes como el mar, parques, ríos, menos han asistido a escuelas. Estos niños tienen derechos y las autoridades en el ámbito estatal, incluyéndonos, tenemos obligación de garantizar sus derechos humanos”, añadió.
