Angélica Valle

De 1985 a 1990 tuve la gran oportunidad de coordinar el Programa Cultura del Agua de Agua y Drenaje de Monterrey, existía la necesidad imperiosa de que los residentes del área metropolitana de Monterrey tomaran conciencia del uso racional del líquido, la población vivió cortes en el suministro, solo se contaba con la presa La Boca y pozos someros en algunas zonas dentro y cercanas a la metrópoli.

Un año antes había iniciado la construcción de la Presa Cerro Prieto, “La Obra del Siglo”, pero contar con el suministro ante una prolongada temporada de sequía, provocó el descontento de la población por el desabasto y, sobre todo, por la falta de la infraestructura hidráulica necesaria para dotar a la población cada año más creciente.

Fue desde el sexenio del gobernador Jorge Treviño que el programa perduró, cada año, desde entonces, se realizaba una campaña de concienciación para educar a la población en el buen uso del recurso, a la par las autoridades respondían con la construcción de infraestructura, reparación, rehabilitación y todo lo necesario para dar esa confianza que se requería para alcanzar el objetivo: cuidar el agua.

Agua y Drenaje de Monterrey controló el porcentaje de pérdidas por fugas; abatió el rezago de morosidad y por su buen manejo obtuvo créditos de instituciones bancarias como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

Si bien fue desde el sexenio de Alfonso Martínez Domínguez que se realizó la proyección del Plan Hidráulico para Nuevo León y se hicieron las primeras campañas, el Programa Cultura del Agua fue permanente, ejemplo nacional e internacional porque las campañas iban más allá de emitir spots o desplegados para difundir los mensajes. Muchas fueron las acciones, desde concursos a nivel escolar, recorridos por las obras con alumnos de escuelas, universidades, empresarios, amas de casa y todo aquel grupo que tenía el interés en saber de dónde se le dotaría de agua potable.

Elizabeth Cerda Andrade continuó con esa tarea hasta principios de la administración de Jaime Rodríguez Calderón, para él no era necesario pagar por hacer una campaña, pero tampoco tenía el interés por crear nuevas fuentes de abastecimiento, mucho menos de mantener un organismo operador, ejemplo a seguir, por muchas entidades.

El contar con agua potable se volvió un asunto político, que, pese a contar con una sexta etapa del Plan Hidráulico para Nuevo León, se frenó, casi podemos decir que quedó en el olvido.

Se trabajó para construir la presa Libertad, considerada dentro del Plan Hidráulico desde su tercera etapa, ya que formaba parte de una serie de 5 presas a construir en la zona citrícola. Hoy ya se construye, es una realidad, pero cuánto tardará en terminarse, en llenarse y lograr extraer el vital líquido para una población que solo tiene garantizado el abasto 24 horas todos los días por unos cuantos meses, solo con la esperanza de que llueva.

La solución en puerta de Agua y Drenaje son los pozos someros, profundos de Mina, La Huasteca, Buenos Aires y del área metropolitana, pero sabemos que al igual que las presas el acuífero se abate, se seca por falta de lluvia. El pronóstico es que las lluvias podrían llegar para después del verano, siempre y cuando el cambio climático no impacte y las retrase más.

Generaciones enteras conocieron del buen uso del agua, sin embargo, desde hace 6 años las campañas dejaron de realizarse, hoy sabemos de los malos manejos en el organismo operador, los avisos que difunden es que habrá cortes por fallas en las instalaciones, al final de cuentas como se dice son fierros y nunca se sabe cuándo van a fallar, pero si se les da mantenimiento la probabilidad es más lejana.

En comunicación hablamos de que la repetición del mensaje permanece en la mente del receptor y llega a “calar” cuando se realiza una acción contraria a éste.

Este año se retomó la difusión de campañas sobre el buen uso del agua potable, no obstante, en contraparte la población tiene meses de estar sufriendo y conociendo de malos manejos, de fallas por falta de mantenimiento y demás triquiñuelas que se hicieron en Agua y Drenaje de Monterrey. No quieran ahora cargarle solo a los usuarios la falta de agua, y basar sus expectativas de conservación en el ahorro que cada uno debe hacer al utilizar el agua potable; no nieguen que si existe una gran factibilidad de que habrá cortes de agua.

Bien harían las autoridades federales y estatales en estar propiciando ya la creación de nuevas fuentes, y también de hacer permanente el Programa Cultura del Agua.