El Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó este viernes, con siete votos a favor y cuatro en contra, el proyecto de distribución de diputaciones plurinominales para la LXVI Legislatura de la Cámara de Diputados. Esta decisión asegura a Morena y a sus aliados, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT), una mayoría calificada en la Cámara Baja, facilitando la posibilidad de reformas constitucionales.

De acuerdo con la distribución aprobada, Morena contará con 236 curules, mientras que el PVEM y el PT tendrán 77 y 51, respectivamente. Esta configuración no solo garantiza el control de dos terceras partes de la Cámara de Diputados por parte de la coalición oficialista, sino que también representa un cambio significativo en la dinámica legislativa del país. Con esta mayoría, el bloque liderado por Morena está en posición de modificar la Constitución sin necesidad de acuerdos con la oposición, un poder que no se había visto en México en las últimas décadas.

En paralelo, el INE también aprobó la distribución de escaños plurinominales en el Senado, donde Morena y sus aliados se quedaron a solo tres escaños de lograr una mayoría calificada. La coalición oficialista obtendrá 60 senadores para Morena, 14 para el PVEM y 9 para el PT, sumando un total de 83 escaños, lo que les otorga un control significativo en ambas cámaras.

La configuración de la Cámara de Diputados muestra un fortalecimiento de la alianza oficialista. Por primera vez, el PVEM se posiciona como la segunda fuerza política en San Lázaro, mientras que el PT incrementa su representación a 51 diputados, 18 más que en la legislatura anterior. En contraste, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) sufrió una reducción significativa en su representación, perdiendo 33 escaños en comparación con la legislatura pasada, y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se encamina hacia la pérdida de su registro a nivel federal al quedarse con solo un diputado.

En cuanto a la interpretación del artículo 54 de la Constitución mexicana, que regula la sobrerrepresentación en el Congreso, la aprobación del INE ha sido objeto de controversia. La oposición sostiene que la interpretación del artículo debe aplicarse a las coaliciones en su conjunto y no por partido, mientras que Morena y sus aliados abogan por una interpretación literal, que permite una distribución por partido, lo cual fue finalmente avalado por el INE.

Este escenario configura un Congreso con una dinámica legislativa polarizada, donde la coalición oficialista tiene la capacidad de impulsar cambios constitucionales de gran envergadura, mientras la oposición se enfrenta al reto de reorganizar sus estrategias para contrarrestar el dominio de Morena y sus aliados en ambas cámaras.