Por: Jorge Maldonado Díaz

Con el objetivo de establecer límites durante la noche a los vecinos ruidosos en zonas habitacionales, el pleno del Congreso Local aprobó reformas a la Ley Ambiental del Estado.

Con esto, los legisladores obligan a los municipios a modificar sus reglamentos para emitir los límites máximos de emisiones sonoras.

De acuerdo con el dictamen, a partir de ahora, serán 55 los decibeles los permitidos para el horario comprendido de las 6:00 a las 22:00 horas y de 50 decibeles para el de las 22:00 a las 6:00 horas.

Y dejo a consideración de los ayuntamientos la aplicación de las medidas, correctivos y sanciones a quienes violen las acciones emprendidas.

Es inminente la necesidad de incorporar en nuestro marco jurídico, disposiciones que fortalezcan las facultades de las autoridades, para prevenir y sancionar, en su caso, la contaminación por ruido en el caso de zonas habitacionales conformadas por viviendas unifamiliares y/o multifamiliares”.

“La Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, coincide con los promoventes en el sentido de que la contaminación acústica es un problema ambiental importante, de ahí la necesidad de regular y ajustar los límites máximos permisibles de emisión de ruido de las fuentes fijas y su método de medición, en zonas habitacionales”, señalo la diputada Perla Villarreal.

Las reformas aprobadas se concentran en los artículos 188 y adicionó el 187 Bis 1 de la Ley Ambiental del Estado de Nuevo León, en relación al ruido en zonas habitacionales.

En la construcción de obras o instalaciones que generen los contaminantes señalados en los artículos 187, 187 Bis y 187 Bis 1″, se establece en el 188, «así como en la operación o funcionamiento de las mismas, deberán llevarse a cabo las acciones preventivas y correctivas necesarias para evitar y mitigar los efectos negativos de tales contaminantes en los ecosistemas y en el ambiente y en su caso la reparación de los daños en bienes o personas, previo dictamen de la autoridad correspondiente”, indicó.

En la exposición de motivos, los legisladores coincidieron que los efectos que causa el ruido en la salud de las personas son graves y se manifiestan de diversas formas, como el malestar que procede.

Además, indicaron, disminuye la productividad laboral, provocando falta de concentración, dificultad para comunicarse y sensación de hostilidad.

Incluso el dictamen señala que estos factores inciden en que las ciudades se vuelvan inhóspitas o que generen esa sensación en sus habitantes.

Se considera reformar la Ley Ambiental del Estado en el sentido de considerar que la contaminación acústica es un problema ambiental importante, de ahí la necesidad de regular y ajustar los límites máximos permisibles de emisión de ruido de las fuentes fijas y su método de medición, en zonas habitacionales”, aseveró la diputada Ana González.