Por: Fernanda Mata

Y al día siguiente, todo el amor se convirtió en una despechada y viral canción… ¿Estás de acuerdo que todas y cada una de las situaciones en donde intervenga una ruptura, separación o desapego será siempre muy complejo de sanar?

¿Cómo se reinicia después de ello? Los cuestionamientos, son interminables y las preguntas de lo qué pasa con nosotros después de un quiebre, son muchas, pero son aún mayor la cantidad de remedios para volver a pegarnos después hacerse añicos el corazón y también, mucho muy relevante es saber que no todas las alternativas nos vienen bien a todos y de ahí, la gama tan amplia de posibilidades de acuerdo lo que a cada persona le embona mejor para su recuperación.

Como en todo duelo, cuando hay una fractura emocional, debiéramos saber cuáles son los “primeros auxilios para curarnos” pero no es así, sin embargo, en la sanación hay un poder hermoso que se llama catarsis, esa fuerza que libera y exonera a la emoción que esta haciendo daño y cada quien, encuentra una forma distinta de expulsarla y, cada quien la matiza con diferentes opciones; unos son muy rudos y tajantes en su actuar, otros son más rústicos y prácticos y otros, prefieren contener el dolor y ocultarlo “como si nada hubiera pasado”; algunos métodos funcionaran, otros no tanto y sin embargo, todo ser humano busca de alguna u otra manera salirse del camino del dolor y quitarse la playera de la traición, angustia o cualquiera que sea el sentimiento pero, la carrera de la reparación o de la auto-reparación es lo que va a determinar la diferencia de acuerdo a las herramientas que utilices para sanar y ellas harán que tu proceso sea más largo, más corto, más funcional, reparador, pasajero, tormentoso, etc.

Para sanar, puedo elegir de qué otras fuerzas me puedo sostener, porque la voluntad de querer hacerlo no lo es todo (oh decepción) y toda alternativa que se elija, para poder lograrlo, nos invita a que vaya dirigida por una intención/objetivo que tome las riendas de mi nuevo rumbo.

Una fuerza infalible es y será siempre el amor propio, el amor de ti para ti, porque tú lo manejas a tu antojo, lo dominas, lo creas, tú y nadie más es dueño de él, lo que significa que eres el absoluto gobernante de tu corazón y eso, eso es un poder que no todos aceptamos. Pregúntate: ¿qué lugar ocupas tú en la lista de prioridades?

Frente a una ruptura de cualquier índole, solemos ser muy rudos con lo que nos decimos a nosotros mismos y si no me crees, solo acuérdate que te dijiste cuando se te cayó algo al piso, sin querer… Escuche una buena alternativa para cambiar nuestro discurso de vida que nos invita a no hablarnos desde el fracaso, el insulto o la ausencia de algo sino, desde la experiencia y el aprendizaje que se adquiere después de eventos dolorosos y créanme tal cual así funcionan nuestras creencias y estas pueden ser tan limitadoras o potenciadoras como nosotros queramos que sean.

En estos días he escuchado dos canciones que, en mi entendimiento de catarsis, han sido una opción para liberar el dolor. Sin entrar en polémica, las frases que encontré en una de ellas, fue realmente un bálsamo de lucidez para entender mejor el amor propio pues, después de una perdida, te sientes vacío porque esa parte ya no está, ya no se pertenecen, y ese estribillo solo refuerza el poder que uno tiene sobre sí mismo para no pretender que algo o alguien determine el amor que tu sientas para ti mismo… te comparto un pedacito:

Empecé a llorar, pero luego me recordé que yo

Puedo comprarme flores
Escribir mi nombre en la arena
Hablar conmigo misma durante horas
Ver cosas que no entiendes
Puedo llevarme a bailar
Y puedo sostener mi propia mano
Sí, puedo amarme mejor que tú…

No hay mucho que añadir solo que nuestra idea del recomienzo tras una caída, sugiere ser sostenida desde el amor propio, paciente y piadoso sin salpicar a nadie de nuestro enfado y dolor y echándonos las flores que se requieran para seguir adelante. Finalmente, te comparto una buena sugerencia hecha frase que leí de Don Bosco “Para trabajar con ÉXITO, téngase caridad en el corazón y paciencia en la ejecución”