Suposiciones sobre el hallazago señala que al parecer las espadas fueron arrebatadas por judíos rebeldes hace casi dos milenios y fueron localizadas en una zona remota del Mar Muerto anunció la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI).

«Las espadas fueron escondidas por rebeldes del área, después de que fueron arrebatadas al Ejército romano como botín», comentó la AaI, un suceso que habría podido ocurrir entorno a los tiempos de la revuelta de Bar Khoba (132-136 d.C.), cuando los judíos se rebelaron por enésima vez contra el Imperio romano, aunque esto es aún una suposición pendiente de confirmar por los expertos.

«En la grieta también se encontraron tiras de cuero y metal pertenecientes a las armas«, y entre ellas hay un arma con mango.

Las hojas metálicas de tres de las espadas tienen una longitud de entre 60 y 65 centímetros, y por su dimensión han sido identificadas como las espadas propias que tenían los militares romanos.