La ley marcial decretada brevemente por el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, este martes, y revocada más tarde por el Parlamento, dejó a la nación en un estado de conmoción, evidenciando tensiones políticas internas y preocupaciones sobre la estabilidad democrática.
La medida, que incluía la suspensión del Parlamento, la prohibición de actividades políticas, censura a los medios de comunicación y detenciones sin orden judicial, marcó un episodio alarmante en un país que ha transitado hacia la democracia desde los años 80 tras una historia de regímenes autoritarios.
El decreto y su alcance
Firmada por el General Park An-su, la declaración de ley marcial restringía reuniones políticas, manifestaciones, huelgas y cuestionamientos al sistema democrático. También imponía control militar sobre los medios de comunicación y ordenaba al personal médico en huelga reincorporarse bajo amenaza de sanciones.
En su justificación, Yoon acusó a la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, de “paralizar al gobierno” y la señaló como un “refugio para delincuentes”. Sin embargo, la decisión generó un rechazo masivo en el Parlamento, que votó para anular la ley marcial, como lo permite la legislación surcoreana.
Tensión política y militar
Este intento de ley marcial ocurre en un contexto de pugnas políticas, con la oposición acusando al presidente Yoon de conspirar para utilizar medidas autoritarias como forma de eludir posibles procesos de destitución. Al mismo tiempo, las tensiones con Corea del Norte han llevado a las fuerzas militares a reforzar sus posturas de alerta, un recordatorio constante del frágil estado de paz en la península coreana.
Implicaciones internacionales
El incidente ha puesto los reflectores internacionales sobre Corea del Sur, un aliado clave de Occidente en Asia y un modelo de transición democrática en la región. Grupos de derechos humanos y gobiernos extranjeros han expresado su preocupación por la posibilidad de un retroceso democrático en el país.
Asistencia a mexicanos en Corea del Sur
El Consulado Mexicano, bajo la dirección de Carlos Peñafiel Soto, ha reiterado su disposición a asistir a los connacionales en caso de que su seguridad o libertad se vea comprometida. La embajada mantiene activa su línea de emergencia: 010-9490-1694.
Con el conflicto político aún latente y una profunda división entre las fuerzas del gobierno y la oposición, el panorama en Corea del Sur parece incierto. La derogación de la ley marcial, aunque efectiva, no disipa las tensiones en un país que lucha por mantener su estabilidad democrática.