Monterrey, NL.- Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey llamó a la comunidad independientemente de la religión que profesen a apoyar a las personas que, por diferentes circunstancias de la vida, no tienen los recursos suficientes para poder desarrollar su vida como es debido.

En su mensaje dominical Mons. Rogelio Cabrera López recuerda que fue hace cinco años cuando el Papa convocó a la Primera Jornada Mundial de los Pobres, con la finalidad de dedicar un momento especial para reflexionar en la necesidad de no permanecer indiferentes ante la realidad que a todos nos confronta.

En nuestra Arquidiócesis, celebramos esta V Jornada con un sentido de gratitud a Dios, el Padre de los pobres, que no nos abandona y que se hace presente a través de tantas almas generosas”.

“Vivimos un tiempo no solo de crisis sanitaria, sino también humanitaria, la cual se incrementa por la gran cantidad de conflictos internos en muchos países, en donde miles de hermanos y hermanas han tenido que dejar sus hogares para buscar mejores oportunidades de vida”.

Así mismo recordó las caravanas migrantes que han arribado al estado en los últimos meses y agradeció a la comunidad regiomontana por las muestras de caridad.

Instituciones de nuestras Arquidiócesis, como Cáritas de Monterrey, la Pastoral juvenil y la Cocina Comunitaria “cocinando de corazón a corazón”, así como muchas parroquias, no han dejado de trabajar, creando nuevas estrategias de apoyo para llegar a las familias más necesitadas”.

“De la misma manera, los miembros de la vida consagrada, tampoco han detenido sus esfuerzos atendiendo a comunidades marginadas y vulnerables”.

También informó que actualmente se encuentra impulsando un proyecto llamado “Unidad Pastoral Topo Chico”, coordinado por nuestro Obispo auxiliar Mons. Juan Carlos Arcq. En que se engloba, por el momento, a 10 comunidades parroquiales de la franja del cerro del Topo Chico, recibiendo el apoyo el diversas asociaciones que trabajan en conjunto con el Secretariado de Pastoral Social para buscar la reconstrucción del tejido eclesial y social.

Enfocado en quienes sufren por la violencia, las adicciones, la desintegración familiar, los conflictos entre vecinos; a fin de encontrar los mecanismos y herramientas adecuadas para hacer frente a estos problemas desde las parroquias.

También somos conscientes de otras realidades, que son menos mencionadas, y que se dan en comunidades más vulnerables, donde la marginación de pobreza es muy considerable, por lo que hemos implementado un modelo de intervención a través del proyecto Integrum, que el Secretariado de Pastoral Social ha desarrollado específicamente en la Colonia La Isla, del municipio de Escobedo, siendo conscientes de que es un proceso que nos exige valor, paciencia y preparación para ser capaces de llevar a cabo el acompañamiento a esta comunidad”.

Finalmente agradeció las muestras de apoyo y de los Obispos mexicanos que le confiaron para continuar, los próximos tres años, al frente de la Conferencia Episcopal Mexicana.

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