Por Lorena Montemayor

La primera causa de muerte en mujeres mexicanas es el cáncer de mama y la tercera después de las enfermedades cardiovasculares y diabetes.

La tasa de sobrevivencia promedio a 10 años para las mujeres con cáncer de mama invasivo no metastásico es del 84 %. Si el cáncer de mama invasivo se encuentra solo en la mama, la tasa de sobrevivencia a 5 años para mujeres con esta enfermedad es 99%.

La Dra. Genetista Dione Aguilar explica que el cáncer no solo afecta a mujeres mayores, sino también afecta a mujeres jóvenes que están en la plenitud de su vida. Existen mutaciones en nuestra información genética que pueden asociarse con diferentes tipos de cáncer; hay personas que pueden tener mayor probabilidad, a lo largo de su vida, de desarrollarlo por una mutación que traen consigo en su información genética y que las hace más susceptibles a desarrollarlo.

Solo en 5 de cada 100 casos se explica por una predisposición genética, algo que se tiene intrínseco en los genes que se puede pasar de generación en generación y que la probabilidad de desarrollar un cáncer es de 5 veces mayor en comparación de cualquier otra persona. Este grupo en particular tienen que adelantar su vigilancia con herramientas distintas a la mamografía, como las resonancias magnéticas, ultrasonido de mama, entre otros.

Los ejemplos más conocidos de genes asociados a predisposición a cáncer son BRCA1 y BRCA2 que todos los seres humanos contamos con ellos. El objetivo es suprimir el desarrollo de tumores malignos, pero al mutar no cumplen su función como se debería, existiendo un mayor riesgo de presentar cáncer de mama. Una de cada 800 personas tiene una mutación que heredaron de alguno de sus padres y tienen mayor probabilidad de desarrollar cáncer de mama. Existen 2 estrategias de prevención: la vigilancia continua alternando mamografía y resonancia magnética de mama en mujeres y la cirugía preventiva que consiste en la eliminación de la mama, esta reduce un 90% la incidencia de cáncer de mama.

La Neuropsicóloga Clínica, Alba Serrano explica que, tras los tratamientos de quimioterapias, se han vistoalteraciones de forma aguda durante y después de la quimioterapia en el deterioro cognitivo, en algunos casos de cáncer de mama se observaban perdidas cognitivas de manera cualitativa tras pasar un periodo de 20 o 30 años.

 

 

Existe un término llamado “Quimio brain” que describe los cambios en la atención, la memoria, la concentración y la capacidad de distintas tareas mentales que se asocian a la aplicación de quimioterapias. Algunos pacientes han mostrado que estos fallos se presentan únicamente durante el tratamiento médico. Aunque muchos otros pacientes describen un incremento en su habilidad cognitiva tras haber terminado su tratamiento, se han registrado casos en los que estas fallas se mantienen a lo largo de los años.

Es importante mantener un chequeo constante de nuestro cuerpo de la mano de doctores, genetistas y, si se requiere, neuropsicólogos que puedan desarrollar un mejor funcionamiento y evitar problemas crónicos.