En una jornada que marca un hecho sin precedentes en la historia del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno, conocido como «Alito», fue reelegido este domingo como presidente del partido, consolidando su liderazgo por un segundo periodo consecutivo que se extenderá hasta 2028.
Con 440 votos a su favor, la fórmula encabezada por Moreno y la exdiputada Carolina Viggiano fue declarada ganadora por el presidente de la Comisión de Procesos Internos del PRI, Pablo Angulo.
La reelección de Moreno no solo ratifica su poder dentro del PRI, sino que también introduce una nueva dinámica en un partido que alguna vez dominó la política mexicana. Con un respaldo del 97% de los votos, Moreno y Viggiano asumirán los cargos de presidente y secretaria general del PRI, respectivamente, en un periodo que abarca los próximos cuatro años.
Moreno, quien previamente fue gobernador de Campeche (2015-2019), asumió por primera vez la dirigencia del PRI en agosto de 2019, sucediendo a Claudia Ruiz Massieu. Durante su mandato, Moreno impulsó modificaciones en los estatutos del partido, que le permitieron no solo asegurar su reelección para el periodo 2024-2028, sino también abrir la puerta para un posible tercer mandato hasta 2032. Estas reformas provocaron críticas y recursos legales por parte de exdirigentes priístas que consideran las medidas como una concentración excesiva de poder.
Pese a las impugnaciones y la controversia que ensombreció el proceso, Moreno calificó la elección como un ejemplo de apertura, transparencia e inclusión. «Llevaremos a nuestro partido por un nuevo rumbo de reflexión y trabajo, para construir los triunfos desde cada rincón de México», declaró, en un mensaje que refleja su intención de revitalizar al PRI.
El líder priísta también reconoció la necesidad de una profunda reforma interna del partido, anunciando la creación de seis comisiones destinadas a esta tarea. Consciente de la pérdida de apoyo popular que el PRI ha experimentado en los últimos años, Moreno subrayó la importancia de recuperar la confianza de la ciudadanía, destacando que no se debe ceder al pesimismo ni a los ataques externos.
En su discurso, Moreno también hizo un llamado a los militantes a no sucumbir ante el fatalismo que rodea al partido, enfatizando que, aunque hubieran deseado más respaldo en las votaciones internas, el apoyo recibido es suficiente para sacar al PRI del estancamiento. Afirmó que, a pesar de ser una fuerza de oposición, el PRI está dispuesto a colaborar con el próximo Gobierno en aquellas reformas que beneficien al país.
Este proceso electoral también permitió a Moreno extender su mandato anterior, que debía concluir en 2023, gracias a cambios estatutarios aprobados por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). La continuidad de Moreno al frente del PRI plantea interrogantes sobre el futuro del partido y su capacidad para adaptarse a un panorama político en constante cambio.