Aborda orígenes judíos sefardíes en Nuevo León

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San Pedro Garza García.- Algunas palabras y giros del lenguaje, costumbres, hábitos e, incluso, gastronomía de los nuevoleoneses provienen de los primeros asentamientos de comunidades de judíos sefardíes en la entidad, según lo que José María Benarroch comentó al alumnado de la Universidad de Monterrey.

“En Monterrey, hubo un asentamiento mayor de fundadores y las tradiciones se arraigaron mucho”, afirmó el especialista.

Es así que los tres personajes fundadores de la ciudad: Alberto del Canto, Luis Carvajal y de la Cueva y Diego de Montemayor fueron judíos conversos y su presencia convirtió la región en la más poblada por esta colectividad en el país, de acuerdo con el presidente de la Fundación Casa de España.

Como parte de la IX Feria Internacional UDEM y en el marco del 50 aniversario de la fundación de la Universidad de Monterrey, Crisol de Culturas, Benarroch impartió la conferencia Judíos sefardíes en la historia de Nuevo León, esta mañana, ante estudiantes de diferentes programas académicos y profesores universitarios.

Aunque los judíos que no abandonaron su fe fueron expulsados por la corona española desde 1492, quienes llegaron a México en 1519 –“un poco huyendo de España”– ya era conversos.

Sin embargo, recalcó Benarroch, “los tres (fundadores) que aquí llegan (ya a finales del siglo XVI), está demostrado con distintos documentos, autos de fe, que eran judíos, que practicaban su fe”.

“Quizás el último, Diego de Montemayor, ya lo tenía como una tradición menos arraigada, pero sí la tenía; de hecho, creó muchas iglesias, bautizó a muchísimos nativos, precisamente para mantener el catolicismo, pero dentro de eso, sí era judío”, sostuvo.

En opinión de quien es miembro del Consejo de Residentes Españoles en Monterrey, la razón por la cual Montemayor asignó a la capital nuevoleonesa el nombre de Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey fue para dejar en claro el origen católico del asentamiento.

En esas épocas, mencionó Benarroch, Monterrey mantenía la condición de no mezclarse con los nativos de la región para mantener lo más posible el purismo de su religión.

“Hoy en día no se entiende, pero si una persona se casaba con otra que no era de su condición, podía delatarla, y automáticamente era la muerte, (…) se protegían, de cierta manera, casándose con primos hermanos, con familiares muy directos, para mantener su linaje y su secretismo”, indicó.

A pesar de eso, advirtió el ponente, se ha demostrado que el mestizaje es fundamental para la subsistencia de la humanidad.

“De hecho, lo que la corona española proponía era el mestizaje, la mezcla, y eso ha conllevado a perder esa pureza del judaísmo a lo largo de la historia, y más aquí en Nuevo León”, expuso.

Por eso, con el paso del tiempo, manifestó Benarroch, esa fe que profesaban a la religión de Moisés se ha ido transformando al cabo de los siglos en una fe al catolicismo muy fuerte: al igual que se profesaba una religión, ahora se profesa la otra, y eso ha sido una labor de mestizaje.

“Quien no reconoce los orígenes, no sabe de dónde venimos, es importantísimo saber de dónde venimos; México es un país mezcla de culturas, al igual que España, al igual que Europa; España fue conquistada en infinidad de veces y eso enriquece mucho a la cultura de un país”, destacó.