“Está muy interesante que se redescubran barrios históricos de la Ciudad de Monterrey, más por los ojos de alguien como Aristeo”., expresó Juan Rodrigo Llaguno, luego de recorrer la exposición “Una semana en la Colonia Obrerista”, de Aristeo Jiménez, en la Casa de la Cultura de Nuevo León.
El reconocido fotógrafo regiomontano fue uno de los asistentes que aceptó la invitación de Conarte para acudir a la inauguración de la muestra que contiene 40 fotografías, impresiones digitales a color, las cuales recogen la mirada particular del artista de la lente.
“Redescubre en la cotidianidad, en los colores de la cultura popular mucho de la historia de Nuevo León, del origen de las colonias industriales de Monterrey, esta es una nueva manera de verlas y yo creo que a través de esta exposición podemos empezar a entender un poco más la historia de Monterrey.
“A veces pasamos y no nos damos cuenta que existen barrios con toda una cultura propia, una identidad, una manera de vivir y este tipo de exposiciones ayuda a entender más. Aparte, si se hiciera esto con otro tipo de colonias, se podría hacer todo un proyecto de los barrios más importantes de Monterrey”, mencionó Llaguno.
Esa profunda mirada a la vida de la histórica colonia Obrerista es la que ya puede ser visitada en esta exposición, tras el protocolo que presidió la Maestra Ninfa Romero Medellín, Secretaria Técnica de Conarte, acompañada por Pedro De Isla, Director de la Casa de la Cultura de Nuevo León; Elisa Téllez Martínez, Encargada de la Dirección del Centro de las Artes de Conarte; Joaquín Garzafox, Curador de la exposición, el fotógrafo Aristeo Jiménez y la escritora Lorena Sanmillán, quien le dedicó unas palabras al creador expositor.
“Obreros, garroteros, ferrocarrileros, petroleros, migrantes, albañiles, herreros, jarcieros, carpinteros, gitanos, posesionarios, tablajeros, religiosos, revolucionarios, sastres, comienzan a formar el barrio en el que actualmente viven alrededor de mil 580 personas”, comentó Sanmillán al micrófono al explicar la realidad que se vive en el perímetro de 17 hectáreas, en las más de 400 casas distribuidas en “calles ortogonales que corren de sur a norte y de oriente a poniente”.
“Celebramos ayer, por supuesto, con enorme gusto el aniversario 57 de la victoria de los Niños Campeones. Tendremos la oportunidad de ver la casa de Ángel Macías que tan hábilmente Aristeo Jiménez ha retratado para nosotros.
“Gracias, Aristeo, porque tu carrera de más de 35 años como fotógrafo te ha dado la experiencia y el enfoque perfecto -sensible y agudo- para retratar un barrio tan vivo, multifacético y democrático como la Obrerista”, señaló.
“Nacimos en la Obre, no tuvimos drenaje hasta los setenta, acarreamos agua en los ochentas, la mayoría de nosotros vivimos nuestra infancia en tejabanes que Aristeo ha inmortalizado.
“En la exposición encontraremos los eternos huacales de Colegio Civil, homenajes a los ferrocarriles, los tejabanes detenidos por el aliento, desafíos a la gravedad atávica, las macetas que son el gran intercambio apenas llega la primavera, el colorido de las casas, las patas de vaca como especie endémica, la pasión futbolera… En el rostro de la gente se ve la historia: gracias, Aristeo, por volverla memoria”, citó Sanmillán en su discurso.
“Una semana en la Colonia Obrerista” registra algunas de las actividades que los habitantes del sector realizan alrededor de la fiesta de San Judas Tadeo, la presencia de familias y adolescentes en las calles, jugando futbol o viendo la competencia; la compra y venta de productos, bebidas refrescantes, plantas y ropa, explicó Garzafox, Curador de la muestra.
La arquitectura popular del entorno muestra los tejabanes de alegres colores, en sus interiores se observa la filiación deportiva, los objetos de cerámica, barro o latón muestran símbolos religiosos y figuras de mascotas, expresó.
Esas imágenes son las que también rememora Oswaldo Flores, vecino de la Colonia Obrerista.
“Te sensibiliza esta exposición. Te evocan tiempos atrás de la Colonia Obrerista y es muy interesante que ahora la Casa de la Cultura tome los lugares emblemáticos de Monterrey. No solamente están tomando las artes plásticas para cierto público, sino que están buscando realmente las zonas que nunca pensabas que le iban a tomar importancia. Hemos visto el edificio de estilo post victoriano por muchos años, yo sí había entrado, pero mucha gente se sentía que no había espacio para ellos”, mencionó el vecino de 54 años de la calle Calzada Victoria de la Colonia Obrerista.
Sobre la Obrerista
La colonia Obrerista está compuesta de 17 manzanas delimitadas por las calles y avenidas Alfonso Reyes, Miguel Barragán, José María Luis Mora, Guadalupe Victoria y Guerrero. Está en el corazón geográfico de la primera industrialización de Monterrey donde podemos encontrar las fábricas de cerveza, de vidrio, de cemento, ASARCO, así como la llamada Estación del Golfo, hoy Casa de la Cultura de Nuevo León.
En su momento ante el micrófono, Aristeo Jiménez agradeció a Verónica González Casas, Presidenta de Conarte, el haber sido invitado para participar en este proyecto y adelantó que hará uno similar para colonias como la Moderna, Terminal y Sarabia, todas ellas aledañas a la Casa de la Cultura y cercanas al Centro de ñas Artes. Comentó, además, que prepara un taller de fotografía para niños, como parte alterna de la exposición.
En el marco de la inauguración de esta muestra, también se abrió la exposición “Palabras en el arte”, que reúne las creaciones de Marco Treviño, Alejandro Díaz, Daniel Caleb Gómez Saldívar, Laiza Onofre, Carlos Lara, Sofía Tormenta, Hugo Lugo, Gustavo Villegas, Omar Torres, Mely Barragán, Atenea Orozco y Paloma Herrera.
Como celebración incluida, el espacio de la Librería Conarte en la Casa de la Cultura de Nuevo León también fue abierto para quienes buscan títulos de autores de la entidad editados por el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, así como de casas editoriales independientes.
Casa de la Cultura vuelve su mirada a la vida barrial
“La Casa de la Cultura gira la mirada hacia las historias y vivencias actuales que se sienten, que están en movimiento en nuestro rededor. Los barrios obreros habían estado ausentes de estos recintos culturales a pesar de ser parte del vecindario”, escriben Camilo Contreras Delgado y Mario A. Jurado Montelongo, del Colegio de la Frontera Norte.
Semblanza Aristeo Jiménez (1960)
Aristeo Jiménez es originario de Ahualulco, San Luis Potosí, migrando búsqueda de una vida mejor, comenzado con su familia una travesía que los llevó a Mante, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria y finalmente a Monterrey.
Sus inicios como fotógrafo fueron por la invitación de un grupo canadiense que le dio una cámara Cannon, para que registrara todos los aspectos de la colonia donde vivía, siendo la primera que tuvo en sus manos.
Aprendió fotografía con José Gómez y otras técnicas con el litógrafo Leo Acosta, con lo que para los años ochenta se hizo de un archivo amplio en el que capturaba sus recorridos por pueblos: pulquerías, gente dormida en los trenes, paisajes.
Realizó estudios en Artes Visuales en la UANL y también diseño de indumentaria en Arte, AC.
Trabajó como fotorreportero en los periódicos el Porvenir y El Norte de Monterrey. Ha colaborado también en publicaciones como Cuartoscuro y Luna Córnea, por mencionar algunas.
En sus propias palabras: “Me gusta el fotoperiodismo, pero como que yo soy más un poeta de buscar imágenes, el hecho de que las busque en la pobreza, pues simplemente es el medio en donde he crecido… El hecho de que tú retrates una casa de una prostituta o un travesti, no estoy retratando en sí a la pobreza, sino al ser humano. El ser humano es un ser humano viviendo en un palacio o una pocilga” (2021).
La primera exposición que realizó fue en la Casa de la Cultura de Monterrey en 1983, a la que tituló «El Barrio».
Ha expuesto de manera colectiva e individual en ciudades como en Monterrey, Ciudad de México, San Antonio, Los Ángeles, San Francisco, New York, Madrid, París y Roma.
Fue becario del FONCA, generación 1991-92.