Angélica Valle
A dos meses de que los mexicanos votemos para decidir si el presidente Andrés Manuel López Obrador deba o no seguir en su cargo, muchas son las “mechas encendidas” y a punto de tronar que tiene el mandatario en sus manos, que, incluso, se encendieron en las últimas dos semanas.
Un nuevo aeropuerto internacional a punto de iniciar operaciones pero que carece de vialidades para llegar hasta el lugar.
Un tren turístico, el Tren Maya, que pretende dar empleo a nuestros conciudadanos del sur del país y generar mayor turismo, pero que a su paso de ha llevado -deforestado y asesinado- flora y fauna a su paso.
Toma de vías férreas en el puerto de Lázaro Cárdenas, de casetas de peaje en carreteras y obras federales frenadas por la colusión de las empresas asignadas con el narcotráfico.
La “pausa” con España, porque sus empresarios vienen a “robar y tratar de recolonizar” a México, cuyo núcleo es la reforma energética, tema que Estados Unidos no lo dejará a la deriva ante un tratado de libre comercio que fija y determina las formas en que deberá darse.
Asesinatos de 22 periodistas, tan solo en lo que va del año; un sinfín de desaparecidos y asesinatos donde se involucran cárteles; hechos que no son privativos de una localidad o entidad de México, están por todo el territorio.
Revelación de malos manejos de altos funcionarios de la administración federal, sin que la justicia los alcance.
Investigaciones periodísticas que involucran al primogénito del mandatario, José Ramón López Beltrán, donde los conflictos de interese están por doquier y le llegan a la médula de su discurso y a su corazón: su hijo.
Por supuesto que muchas de las situaciones no son nuevas en este México lindo y querido. Pero cuando el discurso se centra en la aniquilación de la corrupción y todos los días se “dice” que se le combate… otra visión debemos de tener.
Porque todo indica que López Obrador perdió la brújula de su estrategia de comunicación, le cayeron tantos cuetes a sus manos, que no encuentra para donde aventarlos.
Los mexicanos deberemos de responder a la siguiente pregunta:
“¿Estás de acuerdo en que Andrés Manuel López Obrador, presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o que siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?”.
¿Qué responderemos?
No hay que tentarnos el corazón, simplemente razonar, visualizar el contexto nacional y no quedarnos en nuestro terruño, que, por cierto, también sufre los embates de la falta de agua por malas decisiones o cuestionamientos que no tuvieron respuesta.
¡Ah! Olvidaba. De pilón la cosecha de aguacate mexicano de este año podría tener un mal destino, ya que Estados Unidos, su principal comprador, frenó el viernes pasado la importación porque uno de sus agentes sanitarios recibió una amenaza de un grupo delictivo cuando examinaba un envío.
Como dato, el vecino país adquiere el 89 por ciento de la producción nacional, estimada en casi 2 millones de toneladas, hasta el viernes los productores habían logrado enviar 135 mil toneladas destinadas al Súper Bowl.