Una tarea pendiente que se tenía era el mantenimiento de las piezas de la Ruta Escultórica, ubicadas a lo largo del Río Santa Catarina; finalmente a iniciativa de la Dirección de Patrimonio de la Procuraduría Fiscal de la Secretaría de Finanzas y Tesorería General del Estado se incluyó el trabajo de tres obras en los proyectos de Fidecultural emisión 2020.
Las obras son “Desafío”, del artista de origen egipcio Ahmed Nawar; “Destino”, del artista norteamericano Bruce Beasley y “Mirada”, del artista español Josep María Sirvent.
Para estos proyectos se contó con la asesoría del artista Jorge Elizondo y junto con él se definieron los trabajos a realizar.
“Para CONARTE era muy importante que diéramos estas presentaciones de los trabajos de Fidecultural, por un lado, para mostrar el trabajo riguroso que se ha realizado en la restauración de nuestro patrimonio cultural y por otro, para dejar consignada esta tarea; gracias al apoyo de quienes se han sumado a esta importante labor”, manifestó el Maestro Ricardo Marcos González, Presidente de CONARTE.
“Por un lado, quiero destacar el trabajo de Fidecultural, que me toca presidir, pero que está conformado por tres excelentes ciudadanos de nuestra ciudad; quiero agradecer en este caso a Cana Fernández, Francisco Garza Zambrano, y Carmen Junco por su apoyo, que ha sido fundamental para llevar cabo estos trabajos; pero, institucionalmente, quiero reconocer a nuestro Tesorero, Carlos Garza, que también siempre estuvo muy cerca del proceso de Fidecultural y Gualberto Vela, Director de Patrimonio el Estado”, expresó.
Creo – dijo- que se sienta un gran precedente, porque Fidecultural es un instrumento con el cual se podría conseguir la restauración total del resto de la esculturas de la Ruta Escultórica, si bien debo decir que dentro del proceso actual nos ha llevado a hacer un estudio de todas, y ninguna se estaba cayendo, desde el punto de vista de fundación, son esculturas muy sólidas, pero sí se encontraba un deterioro, a veces en la pintura, en el grafieteo o por otras razones climáticas, o el paso del tiempo.
“La obra ‘Mirada’ había sido intensamente grafiteada y se le ha restituio también el color, esto hay que decirlo, porque de pronto ha habido voces que no están del todo enteradas del tema y lo que estamos haciendo es regresarlas a un estado primigenio y con la asesoría de lo propios artistas”, expresó.
“Y en este caso, quiero reconocer el trabajo de Jorge Elizondo, escultor regiomontano, que también tiene una escultura dentro de esta Ruta Escultórica y que también había sido uno de los ciudadanos que había pugnado mucho por la restauración de estas esculturas, él también nos ha asesorado para dejar esta primer intervención en un punto ideal para la conservación”, señaló.
Por su parte, el Lic. Gualberto Vela, manifestó: “La Ruta Escultórica del Acero y del Cemento fue un proyecto originado en 2007 dentro del marco del Fórum de las Culturas, este puede considerarse como el proyecto estético urbanístico más ambicioso hasta ahora en el estado.
“Artistas de diversas nacionalidades configuraron un trayecto escultórico que discurre a lo largo de siete kilómetros en las márgenes norte y sur del Río Santa Catarina”, expresó.
El proyecto – dijo- representó la apropiación del espacio público por parte de la escultura moderna y formaba parte fundamental de la ciudad contemporánea, pues generaba espacios públicos donde cohabitan arte y áreas verdes insospechadas, dándole a la comunidad la posibilidad de apreciar de forma diferente el arte y el urbanismo.
Desafortunadamente,- señaló- el paso del Huracán Alex en 2010 vino a cambiar el sentido de estos espacios, perdiéndose la esencia del proyecto y condenando al olvido el mantenimiento y la atención de las esculturas que conforman esta ruta.
“Por esta razón, el Gobierno del Estado, sensible a los reclamos ciudadanos de la buena conservación de estos espacios, a través de la Dirección de Patrimonio de la Procuraduría Fiscal de la Secretaría de Finanzas y Tesorería General del Estado, inició a finales de 2019 las gestiones para solucionar este tema, logrando ingresar en la convocatoria Fidecultural emisión 2020, los trabajos como primera etapa de mantenimiento de tres obras de esta Ruta que a nuestra consideración presentaban el mayor deterioro: Desafío, Destino, y Mirada”, apuntó
“Desafío” de Ahmed Nawar
Esta obra de acero soldado tiene una altura de 21 metros y pesa 40 toneladas y está ubicada por la Av. Morones Prieto, en el talud sur del río Santa Catarina, a la altura de la Colonia Caracol, en Monterrey.
“Desafío” es la obra del egipcio Ahmed Nawar quien confronta la existencia de los sentimientos opuestos –el bien y el mal–, en el alma humana; es decir, reconociendo la incompatibilidad de ambos, el autor acepta que uno no existiría sin en el otro y sólo es posible entender el mal respecto al bien y viceversa. Esta coexistencia la materializa el artista en la escultura monumental mediante esbeltas columnas horizontales que se alzan a diferentes alturas. El dualismo de contraposición, mitad de ellas blancas y mitad negras, establece la conexión con el sistema tradicional de simbolismo gráfico de inversión, a la vez dinamiza el movimiento cíclico en la escultura que se supone giratoria conforme el espectador se desplaza.” (Derbez García E., La ruta escultórica del acero y el cemento, publicado por CONARTE- 2017, p. 45).
Por medio de “columpios”, el personal de la empresa COINSA (Consorcio Industrializado del Bajo Bravo SA de CV), trabajó arduamente para recuperar la estética de esta pieza.
Se limpió la zona aledaña de la obra, se realizó limpieza mecánica, consistente en un escareado con agujas y esmerilado con lija laminada en las zonas que presentaban un daño grave, que significa oxidación severa, cáscara de óxido y/o desprendimiento de la pintura original.
Después de hizo limpieza química y estabilización de productos de corrosión por medio de fosfatizante, asentado y resanado de la superficie, aplicación de primario (fondo anticorrosivo de anclaje y rellenador) y finalmente como acabado, la aplicación de pintura de poliuretano alifático brillante industrial, respetando los colores originales en cada parte de la obra.
“Destino” de Bruce Beasley
La obra del norteamericano Bruce Beasley está formada por 12 cubos de acero sobrepuestos que forman un gran arco apoyado en dos columnas, igualmente de acero. Mide 20 metros de altura por 18 metros de longitud y pesa 75 toneladas. Está ubicada en el talud sur del río Santa Catarina, por la avenida Morones Prieto, frente a la Cámara de la Industria de la Construcción, en la colonia Nuevo Repueblo, Monterrey, N.L.
La escultura del artista californiano Bruce Beasley concilia las contradicciones aparentes entre lo tectónico y orgánico, lo constructivo y evolutivo, lo planeado y lo accidental… Beasley da paso a una confluencia de diferentes volúmenes geométricos simples como cubos, pilares y columnas para crear una escultura que se caracteriza por la unidad estática de los cuerpos que parece fueron colocados de manera deliberada por la mano del hombre o bien esculpidos por la acción de la naturaleza. El elemento más largo que salen en diagonal hacia arriba y adelante desde la parte inferior confiere a la escultura de un poderoso empuje. (Derbez García E., La ruta escultórica del acero y el cemento, publicado por CONARTE -2017, p. 55)
Los trabajos iniciaron con una limpieza química en las zonas que presentaban grafiti. Posteriormente, un asentado de la superficie, es decir, un lijado mecánico superficial, y después se estabilizan o pasivan los productos de corrosión en la superficie, con el fin de homogenizar el color de la superficie y que la escultura no continúe su deterioro. Para ello se utiliza un convertidor de óxido base agua.
El equipo responsable de esta intervención, quienes también colaboraron en la revisión de los procesos, es el del restaurador morelense José Morales Zúñiga, con Iván Reynoso como residente de la obra.
“Mirada” de Josep María Sirvent
“Mirada”, del artista español Josep María Sirvent, está realizada en acero soldado y páneles prefabricados de cemento, con dimensiones de 22 metros de altura y 16 metros de ancho, un peso de 150 toneladas, esta obra está ubicada junto a la avenida Constitución, en el talud norte del río Santa Catarina, frente a la colonia Mirador.
“A Josep María Sirvent le gusta imaginar y levantar vanos donde no hay pared, lo que es una constante en su trabajo de escultor. La que erigió para el circuito escultórico de Monterrey es una monumental claraboya, pensada para que el espectador establezca a través de su transparencia un diálogo personal e intransferible con los iconos –artificiales y naturales– de la urbe que la rodea.” (Derbez García E., La ruta escultórica del acero y el cemento, publicado por CONARTE- 2017, p. 73).
Los trabajos iniciaron con una limpieza química en las zonas que presentaban grafiti. Posteriormente, un asentado de la superficie, es decir, un lijado mecánico superficial, y después se estabilizan o pasivan los productos de corrosión en la superficie, con el fin de homogenizar el color de la superficie y que la escultura no continúe su deterioro. Para ello se utiliza un convertidor de óxido base agua. Hasta cierta altura, se aplicará acabado antigrafiti.
En las partes de los paneles, éstos se resanan con pasta base cemento y se aplicará pintura de poliuretano con pistola de aire.
La empresa COINSA (Consorcio Industrializado del Bajo Bravo SA de CV) también fue encargada de este trabajo.