Duelo en tiempos de COVID-19

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San Pedro Garza García, N. L.- Desde hace un año, la convivencia familiar, social y laboral se transformó, y un aspecto que la pandemia de COVID-19 definitivamente afectó fue cómo la gente vive la muerte de un ser querido, los ritos de despedida y el duelo que sigue después de la pérdida.

“La situación excepcional de pandemia por el coronavirus nos ha obligado a cambiar nuestro estilo de vida personal y relacional en poco tiempo, al punto que la mayoría de las muertes de los seres queridos se producen lejos del ideal que desearíamos”, expresó Nicolás Matías Campodónico, director del programa de Posgrado en Psicología de la Escuela de Psicología de la UDEM.

Apuntó que la situación actual califica como una experiencia traumática, pues la pandemia transformó parcial o radicalmente la mayoría de las rutinas; la pérdida masiva de empleo; el distanciamiento social; la incertidumbre social; y, ciertamente es traumático, los constantes contagios y fallecimientos por el coronavirus.

El profesor resaltó que el proceso de duelo es sumamente importante y necesario para la aceptación de la muerte y empezar la reconstrucción de una nueva realidad en la que el ser querido ya no está. Si no se atiende correctamente “este proceso puede desembocar en patologías como depresión o estrés”.

“Es posible que la fase de negación se acentúe más en el duelo por el COVID-19 debido a la imposibilidad de materializar la despedida. Lamentablemente, con el coronavirus la muerte se produce sin estar en contacto con la persona fallecida y en ausencia de los ritos sociales que aportan el apoyo emocional de la familia y de las personas del entorno”, aseguró. 

Debido a la situación actual, los enfermos de COVID-19 fallecen solos o entre extraños, y sus familiares y amigos no se pueden despedir en persona, por el peligro del contagio. A esto se suma la inmediatez en la que te tiene que atender el cuerpo de acuerdo a los deseos de la familia y las restricciones sociales, pues no se pueden congregar grandes cantidades de personas para despedirse del difunto.

“Todo se ve trastocado, y el duelo no es una excepción. Y, ante la falta de los ritos y costumbres tradicionales, comiencen a adquirir relevancia sustitutos de éstos, como la despedida de seres queridos mediante dispositivos electrónicos, el acompañamiento luego de una pérdida a través de videollamadas que incluso pueden ser grupales, la creación de redes sociales en rememoración de los muertos”, comentó Campodónico.

También señaló que esta es una oportunidad para reflexionar y buscar un mecanismo de supervivencia interior, más allá de las soluciones tecnológicas, como fantasías, recuerdos y deseos.

“Se desconocen aún los efectos que provocará en las personas la imposibilidad de transitar los ritos funerarios, el acompañamiento de los enfermos, la despedida de sus seres queridos en su lecho de muerte, el hecho de no tener un lugar físico en un cementerio al cual acudir a recordar el objeto perdido. Será necesario encontrar nuevos rituales o ceremonias significativas que permitan recordar a la persona fallecida, así como reconocer su ausencia”, explicó el psicólogo.