San Pedro Garza García, NL.- La Unidad Especial de Protección de la Policía municipal, que estará especializada en la detección, intervención, atención, protección, prevención y acompañamiento a las víctimas de violencia familiar.
Al presentar al cuerpo policíaco, el alcalde Miguel Treviño de Hoyos resaltó que la nueva unidad responde al significativo aumento de los casos de violencia familiar a raíz del confinamiento por la emergencia de COVID-19.
De enero a mayo de 2020 ya se han registrado 171 casos de violencia familiar en San Pedro, más del doble de los casos registrados en los mismos meses de 2019, que fueron 83 casos; y muy superior también a la cifra de 2018, que registró 91 casos para el mismo periodo.
“La gran mayoría de las víctimas de violencia familiar, el 90%, son mujeres. La proporción aumenta al 95% si consideramos sólo a las víctimas mayores de 18 años. El resto de las víctimas son niños y adultos mayores. Los agresores suelen ser varones adultos, es decir, la violencia en el hogar proviene de los esposos, las parejas, los padres, los hermanos e incluso los hijos y los nietos” explicó Miguel Treviño.
“Para las víctimas de violencia familiar el confinamiento ha significado estar más tiempo con su agresor, aumentando la posibilidad de episodios violentos” añadió.
La Unidad Especial de Protección inició como un grupo de tarea hace 9 meses y hoy se consolida como unidad operativa. Está conformada por 12 policías, de los cuales 9 son mujeres y 3 son hombres, promediando una edad de 33 años.
“Las y los policías de la Unidad Especial de Protección cuentan con carreras profesionales como criminología, psicología, enfermería y derecho. Es decir, que su actuación se va a basar en hechos y datos, en analizar la información para encontrar patrones de comportamiento, anticiparse a los problemas y plantear soluciones usando esa inteligencia” informó el alcalde de San Pedro.
La Unidad recibió además una capacitación especial en actuación policial con perspectiva de género, teniendo la capacidad de ofrecer una respuesta inmediata a los casos de violencia familiar, intervenir adecuadamente en momentos críticos para poner a salvo a las víctimas, y ofrecer un seguimiento de los casos para garantizar la protección de las personas en el mediano y largo plazo.