De una sola preguntan pueden salir muchas preguntas.
Angélica Valle
Viene la reflexión ante la consulta que pretende realizar el próximo presidente electo para determinar si se debe o no construir un Nuevo Aeropuerto Internacional en la Ciudad de México (NAIM)
Para ello pretenden encuestar a ciudadanos mexicanos que habitan en 538 municipios, de los 2 mil 458 que existen, y donde habita el 90 por ciento de los votantes del país.
De entre esas muchas preguntas que pueden surgir para los encuestados, las más lógicas serían: ¿conoce usted el aeropuerto internacional de la ciudad de México? ¿sabe qué características debe tener una construcción de esa magnitud y naturaleza? ¿Sabe cuántos aviones salen y llegan cada día a ese lugar? ¿De qué forma cree que le beneficia o perjudica un nuevo aeropuerto? ¿Tiene usted conocimientos técnicos de cómo, dónde y por qué debe construirse un nuevo aeropuerto?
Por Dios, si como Juan Pueblo nos quieren involucrar para que no haya “decisiones cupulares”, sinceramente tendríamos que tener amplios, bastos conocimientos de aeronáutica, de impacto ambiental y muchos más.
Por qué querer entonces dejar la decisión de tan importante obra en nosotros los ciudadanos, los comunes y corrientes con una sola pregunta.
Las preguntas siguen surgiendo, las siguientes serían: ¿Acaso el Poder Ejecutivo no tiene esa responsabilidad? ¿Acaso el decir que no se tenga miedo a la gente, no tener miedo a preguntarle, es una forma de esquivar esa responsabilidad?
Habrá que esperar la respuesta a la única pregunta que se hará, bueno también habrá que esperar si se hace, porque al menos los diputados de Morena ya dijeron que no aportaran recursos financieros para realizarla.
