Por: Jorge Maldonado Díaz
Monterrey.- 16 agrupaciones religiosas y evangélicas acudieron al Congreso del Estado a brindar su apoyo a la reforma que permite que se respeten las convicciones morales del personal médico y de enfermería.
Juan Manuel Alvarado, presidente de Familias Unidas Por México, Isaí Montoya, de la Iglesia El Salvador y Margil Lima, Príncipe de Paz, entregaron dicho documento en la Oficialía de Partes.
“Respetamos los derechos de los médicos y enfermeras del sector salud para que decidan el no participar en abortos y eutanasia, pero también entendemos que hay otros médicos que tienen la libertad de hacerlos y eso queda a discreción de ellos mismos y de las observaciones que presente el Estado”.
“Esta iniciativa de reforma que fue aprobada y va a ser vetada por el Ejecutivo, y en su trámite regresará al Congreso, va a tener, creemos la inclusión de los no objetores, y coincidimos en que si se requieren los no objetores, pues que se establezcan los no objetores, pero que permanezca la objeción de consciencia para quienes quieren abstenerse de participar en aborto y eutanasia”, señaló Alvarado.
Destacaron que la objeción de conciencia establecida recientemente, es un logro jurídico para la ciudadanía al establecer las causales en las que los profesionales de la salud puedan decidir sí atienden o no a un paciente de acuerdo con sus creencias morales, éticas y religiosas.
“Esta reforma al Artículo 48 inciso 3 y 4 de la Ley Estatal de Salud no es discriminatoria y pugna por la atención médica en casos de emergencia y para quienes esté en riesgo su vida, así como para toda persona que lo requiera sin distingo de etnia, estrato social o preferencia alguna”, comentó Alvarado.
Isaí Montoya, pastor de la iglesia «El Salvador» y representante de la Iglesia Evangélica de Nuevo León, dijo que ellos apoyan la objeción o libertad de conciencia y que piden que se mantenga.
“Nosotros estamos expresando nuestro apoyo, de la Iglesia Evangélica, a la objeción de conciencia sin demeritar la libertad religiosa y de principios”.
En el documento entregado se especifica que este derecho humano universal significa que, ante un caso real de conflicto de conciencia, hay un derecho de las personas a negarse a actuar contra sus valores y creencias.