El saldo de muertos por el incendio forestal que arrasó un poblado en Hawái aumentó este viernes a 67, convirtiendo el desastre en el más mortal en la historia del estado.
“A medida que continúan los esfuerzos de extinción, se han confirmado 17 muertes más en el incendio activo de Lahaina”, informó este jueves por la tarde el condado de Maui a través de su página web.
En una entrevista en esta emisora durante la tarde del viernes, el gobernador de Hawaii, Josh Green, detallo que el fuego que devasta Lahaina se encontraba controlado en un 80 por ciento, mientras que el incendio de Pulehu -en el área de Kihei- estaba controlado en un 70 por ciento, sin embargo.
En una rueda de prensa posterior al anuncio, las autoridades avisaron de que se trata probablemente del “mayor desastre natural” en la historia de Hawái.
“Harán falta miles de millones de dólares” para reconstruir todo lo que las llamas han devastado, avisó el gobernador del estado, el demócrata Josh Green.
Green avisó también de que la cifra de fallecidos seguirá aumentando, admitió que todavía puede pasar más de una semana antes de que las autoridades locales puedan peinar los restos calcinados para hacerse una idea del número total de víctimas.
En este sentido, el jefe de Policía del condado de Maui, John Pelletier, dijo durante la misma rueda de prensa que el número de muertos está creciendo, y que la cifra final será “trágica y horrible”.
Los responsables explicaron que de momento no hay forma de saber cuánta gente continúa desaparecida, ya que en muchos lugares no hay electricidad, internet o cobertura de radio.
Green explicó que pueden pasar meses antes de que se devuelva la corriente a algunas de las zonas más devastadas por el fuego.
El jueves el presidente estadounidense, Joe Biden, declaró la situación de desastre en Hawaii y ordenó el envío de ayuda federal para complementar los esfuerzos de recuperación estatales y locales en las áreas afectadas por unos incendios forestales que comenzaron el martes 8 de agosto.
La fuerte sequía que ha afectado a las islas en los últimos meses, así como los fuertes vientos procedentes del huracán Dora, han provocado que las llamas se extendieran a una velocidad mucho mayor, según las autoridades locales, dificultando además las labores de extinción.