La conferencia El proyecto educativo posrevolucionario visto a través de escenarios, actores y producciones culturales en Nuevo León a cargo de la Dra. Norma Ramos Escobar, presentará un panorama detallado de los alcances que produjo en Nuevo León este impulso cultural nacionalista, miércoles, 28 de junio a las 19:00 horas en el Auditorio Museo de Historia Mexicana.

La conferencia se realiza con motivo de la Exposición: El proyecto artístico y cultural de la Secretaría de Educación Pública (1921-1946), que se exhibe en el Museo de Historia Mexicana hasta el 9 de julio.

La creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) cumplió una de las proclamas más sentidas de la Revolución; brindar educación gratuita al pueblo mexicano que no había tenido acceso a la instrucción y expandir el sistema educativo a las zonas campesinas, donde la mayor parte de la población habitaba, señala la Dra. Norma Ramos Escobar.

La cruzada emprendida por la SEP impulsó la difusión de su propuesta de “cultura nacional” a través de una nueva política educativa que tenía como fin alfabetizar, “integrar” al indígena a la sociedad y motivar el desarrollo económico de las comunidades campesinas, establece la doctora Norma Ramos.

Comenta que las primeras escuelas del sistema federal en Nuevo León llegaron alrededor de 1923, “la gran mayoría eran establecimientos de organización unitaria, es decir, un solo maestro/a atendía a todos los niños bajo un método simultáneo de educación, donde se agrupó a los alumnos para instruirlos con el plan de estudios establecido por la SEP, además de implementar la educación de los adultos en la escuela nocturna”. El establecimiento de la escuela alcanzó a llegar a ranchos, congregaciones y haciendas. Localidades de entre 100 y 600 habitantes.

Las primeras escuelas rurales se establecieron en sitios improvisados, cascos de hacienda, solares abandonados, locales prestados y en ocasiones se aprovechó la infraestructura dejada por las escuelas estatales para organizar la escuela rural federal, señala.

Los programas reglamentados de las Escuelas Primarias Federales de Nuevo León iban encaminados a “sustituir los antiguos programas de enseñanza por problemas y proyectos de trabajo”. Así las materias ofrecidas fueron ciencias físicas y naturales, higiene, moral, cálculo oral y escrito, mediciones, operaciones numéricas, geografía, historia, lectura, escritura, redacción y dibujo.

Fue a través de las Misiones Culturales y la Normal Rural de Galeana que los maestros aprendieron las líneas generales del proyecto rural, se les preparó para organizar a la comunidad en las prácticas agrícolas, el mejor aprovechamiento de los recursos naturales, la organización de cooperativas campesinas, la difusión de campañas antialcohólicas, higiénicas, la fundación de bibliotecas, construcción de teatros al aire libre, a trazar canchas deportivas, a organizar de las fiestas nacionales con bombo y platillo enseñando bailables y cantos que exaltaban lo nacional, detalla la historiadora.

Establece Ramos Escobar que, en teoría, lo que hacía diferente la escuela rural federal fue el método empleado que consistió en la vinculación de estas materias “con la observación directa por medio de los sentidos y de las experiencias personales”, de manera que los docentes debían asociar las enseñanzas con la vida del campo, según los postulados de la escuela activa del pedagogo John Dewey.

También las escuelas rurales aportaron innovaciones y cambios en los lugares donde se establecían tales como la mejora del cultivo agrícola, la fundación de cooperativas y la introducción de la educación física “fue la labor extensiva de la escuela, la función social que debía desempeñar con actividades que consistían en erradicar el alcoholismo, fomentar la higiene, desfanatizar al campesino y organizar la dotación de tierra, por mencionar algunas de las acciones que mayormente se reportaron en los informes de inspección”, agrega.

Las condiciones materiales de las escuelas rurales se registraron en los reportes de inspectores escolares; las cartas que las maestras y maestros rurales enviaban a las autoridades; en las peticiones que las familias campesinas, los clubes infantiles y las cooperativas enviaban al presidente solicitando material.

La investigadora señala que la historia de estos espacios también ha sido recuperada a través de los archivos fotográficos y en la oralidad. “Todo este material nos permite hacer una lectura de los espacios, el menaje escolar y la forma de su utilización por parte de los actores inmersos en la cotidianidad escolar”.

Norma Ramos Escobar es doctora en Humanidades con acentuación en Historia por la Universidad Autónoma Metropolitana, curso la Maestría en Historia por El Colegio de San Luis y la licenciada en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL.

Entre sus líneas de investigación se encuentran: historia de la educación y género, historia de la niñez en la educación pública, cultura y memoria escolar y trayectorias docentes. Es profesora de Tiempo Completo de la UPN, Unidad 241, perfil deseable PRODEP y miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I.

Sus investigaciones han sido reconocidas con el Premio de Investigación Histórica “Israel Cavazos Garza” 2007 y recibió Mención Honorífica del Premio Museo de Historia Mexicana en la Categoría Tesis de Posgrado, en 2013.

Cuenta con más de 40 publicaciones, entre libros, capítulos de libros, artículos y reseñas. Entre las que destacan: El trabajo y la vida de las maestras nuevoleonesas. Un estudio histórico de finales del siglo XIX y principios del siglo XX; La niñez en la educación pública nuevoleonesa, 1891-1940. Monterrey.

La conferencia El proyecto educativo posrevolucionario visto a través de escenarios, actores y producciones culturales en Nuevo León con la Dra. Norma Ramos Escobar, será el miércoles, 28 de junio a las 19:00 horas en el Auditorio Museo de Historia Mexicana, la entrada es gratuita y el cupo limitado, para más información consulte la página www.3museos.com