Ante la pandemia y el confinamiento, los niños se vuelven vulnerables a diferentes trastornos psicológicos como ansiedad, irritabilidad o aburrimiento, generando riesgos a problemáticas graves e irreversibles como el ciberbullying, frustración por la comparación de “vidas perfectas” en redes sociales, depresión y hasta suicidios, además el riesgo de adelantarse en etapas muy hipersexualizadas por aplicaciones que no favorecen a su edad, comentó en entrevista la psicóloga Cynthia Elizabeth Garza de León.
La especialista dijo que es urgente el esparcimiento para que haya convivencia y socialización en los menores y destacó que al no tener espacios de socialización también se podría sufrir de una desestructura en sus hábitos diarios de independencia escolar que se vería reflejado en acciones tan simples como ir a la tienda escolar, pagar, escoger, hacer fila, trabajar bajo presión sobre los horarios, entre otros.
“No solo es necesario, también es urgente que los niños salgan. El hacer actividades y convivir brinda beneficios a nivel cerebral. Uno de ellos es la recepción de vitamina D desde el enfoque solar, tomando 15 minutos diarios con su respectivo bloqueador. Además, funciona para la mejora de nivelar los neurotransmisores”, informó la especialista.
Enfatizó que otro factor que está afectando a los menores durante este encierro es el de la violencia familiar, problemática que ha repuntado en Nuevo León durante el confinamiento ya que se incrementó mucho la fricción como pareja que se ve reflejada en el aumento de divorcios y los niños se ven afectados de manera más directa ante la falta de tolerancia de los padres también a causa del encierro.
“Pasamos por ocho conflictos que permiten el desarrollo psicosocial y personal. Las cuatro primeras etapas están centradas en la niñez. En la cuarta de ellas, donde las edades radican entre los 5 y 13 años, aparecen las comparaciones con los demás, el querer hacer infinidad de actividades y planes. Los niños ya son capaces de reconocer sus habilidades y las de sus compañeros y quieren ponerlas a prueba continuamente. Insisten en enfrentarse a tareas más desafiantes.
“Es importante ofrecerles una estimulación positiva por parte de padres y también profesores y amigos, reconocer los logros y ayudarles a calibrar desde el realismo hasta dónde pueden llegar en sus desafíos para que no se afiancen en el sentimiento de inferioridad”, subrayó.
Garza de León, quien tiene una maestría en psicología educativa por la Universidad Regiomontana (UR), comentó que los padres también se ven rebasados en el cuidado de los hijos, esto debido a las amplias jornadas laborales que hay en nuestro país, por lo que incluso recurren a la tecnología como “salvación”, pero que también en exceso está afectando a los niños.
“Entonces los padres se apoyan en las herramientas tecnológicas, pero en exceso también es malísimo, esto porque no existen reguladores con filtros para controlar las redes sociales, el contenido de video juegos que incitan a la agresividad y violencia, además de la falta de supervisión constante de los padres, ya que las notificaciones nocturnas se mantienen 24/ 7 entre niños y adolescentes; es por eso que ante esta pandemia se vuelve inminente que el niño pueda salir y tener convivencia física”, finalizó.