Kanye West va en serio con lo pronunciado el pasado 4 de julio, cuando, a través de Twitter, manifestó que entraría en campaña presidencial con el objetivo de hacerse con el gobierno de Estados Unidos en las próximas elecciones, que tendrán lugar en noviembre. 

Tras registrar su candidatura hace unos días, este domingo el rapero realizó su primer evento como candidato independiente en el Exquis Event Center en North Charleston, Carolina del Sur, ante simpatizantes de su campaña, miembros de la prensa y otros curiosos de las acciones del artista. 

Desde el principio, el evento mostró carencias, pues además de que la distribución de los espectadores resultó muy encimada, también hubo deficiencias en cuanto al audio y la zona donde se posición West, ya que ésta no tuvo una altura adecuada para hacerlo destacar. 

Pero los temas que abordó el también esposo de la socialité Kim Kardashian, que en esta ocasión salió con un chaleco antibalas y el número 2020 rapado en la cabeza, fueron los que provocaron críticas en su contra, además de volverlo tendencia en redes sociales. 

El acto, que fue emitido en vivo por YouTube y estaciones televisivas locales, no logró aclarar si West aspira de verdad a ganar la presidencia. A veces pareció sugerir, incluso, que está más interesado en diseminar un mensaje que en ganar la presidencia. 

West se refirió en múltiples ocasiones a la Biblia y a las enseñanzas cristianas, y rompió a llorar mientras describía cómo casi fue abortado por sus padres. 

Esto último lo dijo en referencia a una revelación que también ocurrió durante el evento: sobre que su esposa, Kim Kardashian, casi tuvo un aborto cuanto estaba embarazada de su hija, North West,quien nació en junio de 2013. «Tenía las píldoras en la mano”, dijo Kanye. 

Además, afirmó que promovería una política de dar 1 millón de dólares «o algo en esa familia» a cualquiera que dé a luz. 

West también habló de Harriet Tubman, una reconocida luchadora por los derechos civiles, señalando que «realmente no liberó a los esclavos. Los hizo trabajar para otras personas blancas». Opinión que le valió abucheos por parte de los presentes.