Por: Jorge Maldonado Díaz
Justo cuando estaba siendo velada, familiares de la niña Camila de apenas tres años de edad se dieron cuenta que estaba viva.
Los hechos ocurrieron en las capillas ubicadas en la comunidad de La Herradura, perteneciente al municipio de Villa de Ramos en el estado de San Luis Potosí.
Fue la abuela de la menor quien al cercarse al féretro detectó que el vidrio estaba empañado, al mirar con mayor detalle notó que las manos se movían y jadeaba.
El resto de la familia abrió el pequeño ataúd y la menor abrió los ojos causando la sorpresa de los ahí presentes.
La pequeña Camila había presentado un cuadro agudo de diarrea, vomito y fiebre por lo que fue llevada al Hospital Básico Comunitario del Municipio de Salinas.
Ahí un doctor le dió 12 gotitas y la regreso a casa, pues según solo eso necesitaba.
La niña siguió mal y la llevaron de nuevo al hospital y fue ahí donde después de varios minutos le dijeron a la mama Mary Jane Mendoza que su hija estaba muerta.
Ella abrazó el cuerpecito y advirtió al medico que aun estaba viva, pero el doctor la saco y mas tarde le entregó el certificado de defunción en donde se decía que murió por deshidratación severa, diarrea aguda y shock hipovolémico.
La niña regresó a su pueblo en donde estaba siendo velada, hasta que se dieron cuenta que estaba viva.
Al ser trasladada de nuevo al Hospital a 40 kilómetros de su tierra natal lamentablemente murió.
La Fiscalía abrió una carpeta de investigación en donde citara a todos los médicos involucrados en esto.