Monterrey, NL.- Tras el fallecimiento del Papa Francisco a los 88 años, el Arzobispo de Monterrey, Monseñor Rogelio Cabrera López, compartió un emotivo mensaje dirigido a los fieles de la Iglesia regiomontana, en el que expresó su tristeza por la partida del pontífice, a quien describió como “un gran hombre y un santo pastor”.
En su mensaje titulado “Papa Francisco, un pastor santo”, Cabrera López recordó su cercanía con el Papa desde antes de su elección como obispo de Roma en 2013, destacando su vida austera, sensibilidad espiritual y claridad evangélica, cualidades que —afirma— eran evidentes para quienes lo conocieron de cerca.
“He sido testigo de un hombre santo. Santo por su fe sencilla, su compasión sin límites, su valentía para reformar y su deseo de una Iglesia pobre para los pobres”, escribió el Arzobispo, quien además confesó sentirse personalmente conmovido por la pérdida de quien también consideraba un amigo cercano.
Monseñor Cabrera recordó sus encuentros personales con el Papa Francisco en Roma, describiéndolo como un hombre humilde, cercano y siempre generoso con su tiempo.
Subrayó que el legado del pontífice argentino deja una huella imborrable en la historia reciente de la Iglesia, especialmente por su impulso a la sinodalidad, su compromiso con los más necesitados y su predicación constante de la misericordia.
El Arzobispo también llamó a la comunidad católica a unirse en oración y esperanza junto a la Iglesia universal, convencido de que el Papa Francisco ya goza de la vida eterna.
“En medio de un mundo complejo, el Espíritu Santo nos ha regalado en él a un profeta de la misericordia, a un sembrador de esperanza y a un testigo del amor de Cristo, siendo un faro de luz para nosotros”, afirmó.
Finalmente, pidió a la Virgen de Guadalupe, por quien el Papa Francisco sentía una profunda devoción, que lo reciba en el cielo.
El fallecimiento del pontífice ha provocado reacciones de líderes religiosos y fieles en todo el mundo, quienes reconocen su paso por la Iglesia como uno de los más humanistas, reformistas y espiritualmente sólidos de la historia reciente del Vaticano.